Como prueba de ello os traigo el DIY de hoy.
Una noche paseando al perro iba miré en el suelo entre dos coches, cuando de repente ví lo que eran los restos de una raqueta de badminton. Las cuerdas rotas, sin palo, con la pintura gastada y algo deforme...pero para algo serviría! Así que a casa me la llevé.
Lo primero fue quitarle la cuerda y pintarla de nuevo con spray.
En casa tenía una especie de alambre plastificado en color dorado que ni se me ocurría para qué usar (esas cosas que se compran sin saber para qué...) y que me vino perfecto para este DIY.
Fui haciendo la rejilla de la raqueta hasta terminarla a mi gusto.
Aunque mi idea era colgarla en la pared, al final como tenía el principio del mango, decidí hacerle una base.
Cogí un listón rectángular, lo corté, lijé...
Le hice el agujero en el centro para encajar el metal, y listo!
Aunque tengo ya unos cuantos moodboards en casa, tenía la excusa perfecta con ésto para hacer otro a coste cero.
Al tener la cuerda viene genial para colocar postales, papeles, etc.
No es de un gran tamaño, pero para algunas cosas pequeñas que queramos tener a la vista viene bien.
También se puede usar para colgar la bisutería, como los pendientes por ejemplo...
Un DIY de lo más económico. fácil y práctico, no creéis? :)
Con este reciclado participo en el Finde Frugal que Marce organiza cada viernes. No te quedes sin pasarte por su blog y ver todas las propuestas!
Nos leemos pronto.