Como se me nota que el tener más tiempo libre me hace aprovechar más para hacer cosas para casa y el blog, ¡estoy encantada!
Aunque tengo muchíiiiismos materiales en casa para reciclar y construir cosas nuevas, tampoco se me escapan las cosas que me sigo encontrando cuando voy por la calle, por tontería que sea... (he llegado a pensar que quizás tenga adicción a esto de recoger trastos!!).
El caso es que os voy a enseñar el último centro de mesa que he hecho gracias a uno de estos rescates de cuando paseaba por la calle el otro día, sigue leyendo, y verás que fácil y majo!
El trasto que encontré esta vez fue una estructura redonda de rafia cruzada, que no tengo ni idea de qué sería...pero eso es lo de menos, porque enseguida se me ocurrió que mi mesa de comedor no tenía centro y ésto quizás me vendría bien para colocar cosas dentro.
Lógicamente lo primero que le hice fue la base, y utilicé una madera de contrachapado que tenía en casa. Si los anteriores diys me costaron unos 2 aprox., éste he de decir que me ha costado cero!
Colocando la estructura encima, marqué por la parte de dentro el círculo y lo corté con la caladora.
Ya estaba la base casi lista en unos dos minutos.
Aunque pensé en dejarla con su color natural, también se me pasó por la cabeza el pintarla de blanco, pero tampoco me convencía, así que enseguida me acordé del papel adhesivo efecto mármol que tenía guardado y no dude en ponérselo.
Ya estaba la base cortada y forrada. Prácticamente ya podía dejarla así, pero como me seguía pareciendo un poco sosa, aprovechando que la estructura tenía los agujeros, me puse a hacerle flecos con lana en color blanco, agujero sí, agujero no.
¡Y ahora sí!
Con la pistola de pegamento coloqué la base que hiciera tope en el borde y me puse a pegar todo el borde por la parte de abajo.
Ya tengo centro de mesa, que a la vez me sirve de bandeja para desayunos, etc, por cero euros y súper fácil de hacer. ¡Otro DIY de satisfacción en mi hogar! :)
¿Qué os parece? Con los detalles dentro también me gusta mucho cómo queda, así que ahí se quedará un buen tiempo. Aunque ahora llega la Navidad y me tocará cambiar todo por el momento...
La botella de vidrio es un rescate del pueblo que cogí hace tiempo y un día la pinté con chalk paint rosa y le coloqué un ribete de crochet... ¡la de años que tendrá!
Me encanta tener cosas así por casa, de hecho uno de los próximos diys que subiré será otro rescate del pueblo muy genial, así que ¡por aquí os espero!
Un besazo,