En muchas ocasiones no son necesarias grandes reformas para llevar a cabo una transformación radical, la terraza de este ático en Milán es un claro ejemplo. No te pierdas el sorprendente antes y después de una terraza que ha pasado de ser un lugar gris y sin vida a un oasis en medio de la ciudad.
Puede que alguna vez os hayáis preguntado por qué nunca hablo de plantas en este blog. La verdad es que tengo dos buenas razones:
1ª.- No tengo mano con ellas: o las ahogo o las mato de sed.
2ª.- Si alguna planta sobrevive a mi cenizo vegetal es poco probable que resista al ataque de alguno de mis tres gatos.
Sin embargo que no tenga plantas en casa salvo alguna excepción (hierba gatera, perejil y albahaca), no quiere decir que no me gusten, sobretodo cuando las en un jardín o terraza. Las plantas aportan vida, color y alegría, de hecho parece increíble cuánto puede cambiar una terraza de tener plantas a no tenerlas.
La terraza de este ático en Milán estaba totalmente desaprovechada, además de gris y sin ningún tipo de encanto, tenía unos horrorosos paneles que no dejaba disfrutar de las vistas.
Las paredes ni siquiera se habían pintado, estaban únicamente con el enlucido y se podía ver restos de alguna pequeña reforma o arreglo que no se habían molestado en disimular.
Lo primero que se hizo fue eliminar los paneles y sustituirlos por un enrejado de color blanco, además se alicató todo el suelo con azulejos de color marfil y se hizo un banco de obra alrededor de todo el muro que delimita la terraza. Con este cambio la terraza se abría a la ciudad, la verdad es que era un absurdo vivir en un ático y no poder disfrutar de las vistas.
El siguiente paso consistió en darle color, para ello se distribuyeron una serie de maceteros sobre el enrejado.
Los maceteros eran todos blancos y de forma rectangular o cuadrada y dentro de ellos se fueron colocando distintos tipos de plantas.
De esta forma se añadió color a una terraza en la que predominaba el blanco, pero al mismo tiempo se podía seguir disfrutando de las vistas a través de los huecos libres del enrejado.
En la pared lateral se colocó una jardinera sobre el banco de obra, además de iluminación ambiental.
Menudo cambio ¿verdad? Parece increíble que sea la misma terraza, ahora no solo parece mucho más grande debido al tono claro del alicatado y paredes, sino que además rebosa de color y alegría gracias a las plantas.
En el siguiente video podéis ver el proceso para convertir esta terraza gris:
¿Qué os ha parecido el antes y después de una terraza gris y sin gracia en Milán? Antes daban ganas de salir corriendo y ahora está llena de encanto ¿verdad? Renovar el alicatado, pintar paredes y colocar plantas, dicho así no parece que la reforma haya sido gran cosa pero viendo el resultado final no cabe duda que solo con estos cambios se ha obtenido un cambio espectacular.
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Imágenes: Studio Bettonica Leone
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