La famosa calabaza de Halloween tenía originalmente la importante misión de asustar a los malos espíritus y alejarlos de la casa. Por eso, el temible rostro ardiente se colocaba en el exterior de las viviendas. La costumbre se ha conservado: muchas familias norteamericanas colocan en la fachada su talismán protector de Halloween, ahora convertido en una entrañable figura.
Como Halloween ya es una tradición universal, en Facilisimo.com hemos preparado una calabaza según los cánones, y ahora os presentamos un soporte adecuado para colgarla en la entrada de casa. Así alejamos a los malos espíritus, y a la vez informamos a los niños de que son bienvenidos y se les espera con caramelos. !Coge las herramientas, que empezamos!
Colgaremos nuestra calabaza de Halloween en una jaula a su medida, y enteramente de madera tal como se hacían en el Medievo. Hemos escogido para la base y el techo un tablero contrachapado de 15 mm. Presentamos la calabaza, marcamos con la escuadra...…y comenzamos a cortar, usando nuestra espléndida sierra japonesa. Siempre que es posible, efectuamos los cortes a mano, que resultan fáciles en contrachapados de hasta 15 mm de grosor.
Cortada ya la base, de planta cuadrada, colocamos de nuevo la calabaza, para verificar que las proporciones de la jaula son adecuadas, sin resultar ni angosta ni demasiado grande.
Y ahora sencillamente obtendremos la tabla del techo utilizando la primera. Hacemos la marca con el lápiz de carpintero, bajo la atenta mirada de nuestra calabaza.
Tanteamos las proporciones de la jaula, con la ayuda de su simpática inquilina.
Llega la fase de los barrotes de madera. Hemos escogido varillas de un grosor adecuado para dar resistencia a la estructura, sin resultar demasiado ostensibles. Tras seleccionar la broca y hacer los primeros taladros, comprobamos la correcta inserción con un testigo.
Después de verificar que los barrotes pasan bien por los agujeros, completamos el perímetro de la celda de madera. Pondremos cuatro barrotes por cada lado.
Tras hacer los preparativos en la primera tabla, la fijamos como una plantilla a la segunda con pinzas de resorte, y de esa manera sencilla coincidirán los agujeros de la base y el techo.
Comprobando el paso de los barrotes por ambas piezas.
Los acabados son muy importantes. Lijamos cuidadosamente el borde de cada agujero, ya que será casi imposible hacerlo cuando hayamos colocado los barrotes.
Con nuestra sierra de calar japonesa, recomendación de la experta forera Sonata, cortamos fácilmente todos los barrotes siguiendo la medida del primero.
En esta posición haremos el montaje con toda comodidad. Unimos las dos tablas con las varillas, pero sin llegar a encajarlas del todo, y dejaremos abierto uno de los lados para que nuestra calabaza pueda entrar y salir sin impedimentos.
Detalle de cómo quedan por fuera las varillas, para facilitar el encolado.
Echamos cola de carpintero en cada agujero, y ajustamos ambas tablas usando el martillo de goma de albañilería. Lo haremos por ambos lados. Es la manera más sencilla de encolar el extremo de los barrotes para dar solidez a la estructura.
Y de esta forma tan entretenida hemos fabricado el mejor soporte para nuestra calabaza de Halloween. Ya sólo tenemos que ponerle una cuerda y colgarlo en el sitio más visible del porche, resguardado del viento.