La iluminación, tanto natural como artificial, es un elemento imprescindible en cualquier hogar. Sin embargo, puede que la cantidad de luz que entra en el hogar por las ventanas o la que nos aporta una lámpara, no sean acordes a las necesidades de cada momento. Para lograr una mayor versatilidad y, además, ahorrar energía, existen en el mercado diversos sistemas que abarcan todo tipo de exigencias.
Además, otro punto a favor de los nuevos dispositivos que proporcionan múltiples marcas comerciales es que la parte visible de los mismos, como los interruptores, están diseñados de acuerdo con las últimas tendencias en decoración, disponibles en una amplia variedad de colores, formas y materiales.
La entrada de luz natural
Los grandes ventanales son el sueño de todo el que quiere disfrutar de un hogar soleado; sin embargo, en ocasiones es conveniente reducir la exposición de una estancia a la luz exterior. Por ejemplo, en las horas de máxima incidencia solar, para reducir el calor y proteger muebles o cuadros, o simplemente, a la hora del ocio, para reducir la luminosidad de cara a ver una película en condiciones similares a una sala de cine.
Los nuevos modelos del mercado son resultado de la tecnología avanzada en motorización de cortinas y estores. Al mantener las cortinas cerradas, se deja pasar un mínimo de luz y se mantiene la privacidad de la estancia. El mecanismo para correr y descorrer las cortinas es silencioso y sencillo. La instalación, que se puede realizar en el techo, en la parte externa del marco de la puerta o en la parte interna vertical del mismo, es compleja, por lo que debe correr a cargo de profesionales.
Sistemas para regular la luz artificial
Es necesaria en los momentos en que el aporte de luz natural no es suficiente para iluminar las estancias. Además del tradicional interruptor sencillo que enciende una bombilla, existen mecanismos con los que el ahorro de energía será efectivo y, además, será posible crear los ambientes deseados, con tonos e intensidad perfectos en cada momento. Otra de las ventajas es el alargar la vida de la bombilla.
En zonas comunes, como baños o escaleras, es habitual dejarse la luz encendida, lo que provoca un gran desperdicio de energía. Para evitarlo, existe una amplia oferta de reguladores basados en la temporización; los más habituales son aquellos en los que, al apretar un único botón o interruptor, el sistema provee luz durante unos segundos para luego apagarse. Otros más sofisticados son aquellos que permiten una programación horaria.
Además, en las áreas de paso como los baños, por ejemplo, donde no se pasa mucho tiempo, son útiles los sistemas que funcionan mediante la detección de presencia; con ellos, te aseguras de no dejar la luz encendida, ya que se apagarán en cuanto abandones la estancia.
Uno de los sistemas más sencillos es instalar el regulador de lámparas, que servirá para controlar la intensidad. La instalación es muy fácil: el enchufe de la lámpara se introduce en la toma del regulador, y ésta se conectará a la red eléctrica. El regulador posee un pequeño cable que se une a un botón que servirá para controlar el nivel de luz.
Para el control en una sola habitación, existen reguladores independientes, fáciles de montar y que no requieren una instalación adicional de cables. Estos dispositivos se componen de un regulador y un marco. Para instalarlo, hemos de seguir los siguientes pasos:
* Cortar la corriente eléctrica.
* Desmontar el antiguo interruptor: se retiran los tornillos y se saca de la pared.
* Observar las conexiones de los cables para reproducirlas a continuación.
* Desconectar el cableado.
* Separar el módulo trasero del marco y parte delantera del regulador.
* Conectar los cables.
* Montar el regulador y el marco, con cuidado de no aplastar el cableado.
* Conectar de nuevo la corriente.
Sistemas con múltiples aplicaciones
La incursión de la domótica en la vida diaria del hogar será una realidad dentro de no mucho tiempo. En la iluminación, las nuevas tecnologías tienen mucho que decir: los sistemas de control integral abarcan muchas de las necesidades lumínicas de la vivienda, además de aportar una gran comodidad. De momento, el inconveniente es el precio, que puede alcanzar los 6.000 euros. La instalación, por su complejidad, es necesario dejarla en manos de profesionales.
Los dispositivos más innovadores dan la posibilidad de programar varios niveles de luz, dependiendo de las actividades que se realicen. La domótica juega un papel importante al permitir la integración entre éstos y los mecanismos de audio, vídeo o control electrónico de persianas, así como de los sistemas de seguridad instalados en las estancias. Algunas de sus aplicaciones son el encendido automático de las luces del exterior cuando anochezca, aporte de luz diferente según la hora o apagar todas las luces de la casa al mismo tiempo mediante un único botón, una opción muy cómoda para evitar dejarse alguna luz encendida al salir de casa.
En la seguridad, la iluminación también posee un papel protagonista. Estos complejos sistemas dan la oportunidad de activar la luz al máximo para ahuyentar a posibles ladrones. Una función muy útil que poseen algunas de estas instalaciones es el modo 'vacaciones'; el mayor reclamo para un intruso es que éste tenga la certeza de que la casa está vacía. Para simular lo contrario, una memoria guarda los hábitos diarios de la familia en cuanto a iluminación se refiere para reproducirlo el número de días que deseemos.