Disponer en tu hogar de una mesa pequeña y cómoda no tiene porqué costarte dinero. Si, además, quieres poner a prueba tu capacidad como carpintero, no tienes excusas para realizar este mueble en madera con el que adornarás cualquier rincón. Solamente tienes que seguir estos sencillos pasos que te proponemos y, por una mínima inversión en materiales, conseguirás realizar un modelo económico, bonito y muy funcional.
Este mueble está compuesto de un listón central con cuatro elementos rectangulares que le darán un toque muy moderno. La parte superior, es decir, el tablero, se apoya en cuatro extremos que sobresalen 10 cm. del resto de los listones. El pie de la mesa se compone de 17 listones de sección cuadrada cuyas dimensiones son 5 x 5 cm. Es imprescindible que todos estos listones tengan la misma medida para evitar que, una vez montada la mesa, quede coja.
Después, tendrás que cortar los listones con un serrucho de diente mediano. Debes ser muy preciso con el corte para que el mueble quede totalmente simétrico y no se produzcan desniveles una vez colocado el tablero. Una forma sencilla de evitar las astillas es aplicar movimientos cortos al final de los cortes y colocando el serrucho en posición horizontal.
Para unir el travesaño a las patas, aplicaremos cola blanca de carpintero. Posteriormente habrá que dibujar un cuadrado de 5 x 5 cm. en la cara exterior de la parte de la pata que va unida al travesaño. En el cruce de las diagonales del cuadrado hacemos un agujero de medio milímetro más pequeño que el diámetro del tornillo con un taladro.
Sencillamente, usaremos una fresa cónica o una broca para hacer un rebaje en el que quepa la cabeza del tornillo. Los tornillos con los que se unirá la pata al travesaño deben ser fuertes porque la mesa soportará peso.
Tras terminar los cuatro elementos rectangulares que forman el núcleo de la pata, habrá que unirlos al listón central, primero encolando y después con tornillos resistentes. Mezclaremos pastas de cola blanca y madera para emplastecer con ayuda de una espátula las cabezas de los tornillos. Luego, dejaremos secar por unas horas. Transcurrido este tiempo rasparemos la madera con una lija fija y si la madera que se ha empleado no está pulida, aplicamos sobre toda la superficie una mano de barniz transparente tapaporos que dejaremos secar otras 12 horas.
Un toque de color
Llega la hora de pintar la mesa de nuestro color favorito. Daremos una primera mano de pintura y la dejaremos secar 12 horas. Después, una vez seco, alisaremos todo con una lija de agua, mojada en agua jabonosa y terminaremos el proceso secando con un trapo lo que conferirá al mueble un acabado mucho más bonito a la vista. Lo más seguro es que tengas que darle un par de manos más de pintura para que destaque el color elegido.
Para empezar a hacer el tablero, hay que trazar una circunferencia con un listón de madera, clavado en el centro, y de la misma longitud que un radio. Si no nos convence este sistema, podemos emplear una cuerda. Tras este paso, hay que recortar el tablero con una sierra de calar, muy despacio porque se debe hacer gala de una precaución máxima para no levantar astillas.
El corte del contrachapado quedará disimulado totalmente con un canto adhesivo del mismo material que la madera que debemos colocar planchando al mismo tiempo con la plancha de la ropa bien caliente. La rebaba del canto puede eliminarse fácilmente cortando con un cutter.
Para terminar, lo único que resta es unir el tablero a las patas con tornillos cuyas cabezas disimularemos con la misma pasta de cola y madera utilizada antes. El remate final: pintar el tablero superior procediendo de igual forma a la aplicada en la pintura de las patas, dejar secar, dar más capas si hace falta y ya podremos colocar este mueble en el lugar de la casa que más nos apetezca.