Es turno ahora para la primera mano de pintura, una especial de esmalte para hierro que nos servirá como capa base. En el vídeo final veréis una mezcla de colores que se realiza para encontrar el color similar al del resto de la estructura, pero no necesariamente hay que hacerlo de ese color, ya que depende de lo que queramos poner nosotros.
Aplicamos la pintura base sobre la puerta de metal con una brocha, aunque también podemos echar mano del rodillo. Lo que sí es importante es que en caso de que la puerta tenga molduras, debemos empezar siempre pintando sobre esos huecos, para posteriormente rematar el resto de la puerta.
Ahora es tiempo para descansar y dejar secar la puerta durante 24 horas antes del paso definitivo, la imitación de la madera incluyendo las características vetas.
La imitación de madera suele venir preparada, aunque podemos unirle otros colores para darle la tonalidad que deseemos. Esta pintura de imitación seca muy rápido y puede dificultarnos la realización de vetas si no nos damos prisa, pero para que tengamos tiempo de manipularla y que no seque tan rápido, un truco muy bueno es echar un chorro de aceite de linaza en la mezcla y esto retrasará su secado.
Empezamos también por las molduras, dando unas capas muy finas, sin apenas presionar la brocha. En el resto de la puerta sí que pintaremos de manera más penetrante. Y una vez que tengamos la puerta completamente pintada con la imitación, empezamos con las vetas.
Para ello vamos a utilizar unos veteadores de plástico que podremos encontrar en cualquier tienda y que no sean muy grandes, para que podamos trabajar a gusto y moldeando la pintura con facilidad. Ya sabemos que las vetas tienen una dirección única y de esa manera tenemos que hacerlo, en vertical tanto con el primer peine como con el moldeador final.
A partir de ahí podemos jugar con pequeños trucos, como el de hacer los nudillos típicos de la madera con un toque de pintura dado con el pincel en mitad de una veta o el de "limpiar" la zona con una paletina limpia para estirar las vetas. Esos son trucos que dependen del gusto de cada uno.
Esta técnica la aplicamos en toda la superficie de la puerta y la dejaremos secar. Como no tenemos prisa, conviene que la puerta esté secándose en torno a las 24 horas antes de aplicar una capa de barniz, ya que de otra forma corremos el riesgo de estropear el trabajo que hemos hecho. El barniz protegerá la puerta y podremos disfrutar de nuestro trabajo mucho más tiempo.
En este vídeo vais a poder ver todos los pasos explicados y el espectacular resultado que conseguimos con esta imitación:
Espero que os sirva de ayuda y ya sabéis, si queréis un mueble de madera, nada os lo puede impedir. Conseguir su estilo es tan fácil como habéis visto. Si tenéis cualquier duda o sugerencia, espero vuestros comentarios en nuestro muro de facebook.