Restaurar un bieldo (también conocido como biendo) es una de las actividades que más me ha gustado realizar, ya que, como es bien conocido me fascinan los objetos antiguos y todo lo que refiere a su restauración y conservación, la restauración del bieldo represento la unificación de varias de mis actividades favoritas. Además, el resultado final fue la obtención de un elemento de decoración nuevo muy chic.
Este utensilio servía para limpiar paja, trigo, alubias...Ahora apenas se utiliza ya que hay máquinas para todos estos trabajos.
Restaurar un bieldo no es una tarea muy compleja, este tipo de artefactos esta caracterizado por poseer una estructura enteramente de madera, conformados por un palo largo y otro de menor tamaño que atraviesa la barra superior , y que posee una serie de “dientes”. Para que lo entendáis, parecido a un rastrillo pero con los dientes más largos.
Si habéis seguido los post de cómo restaurar madera ya lo tendréis más que aprendido. Para este caso únicamente necesitaremos lija, cera y barniz.
Lijaremos todo el bieldo para eliminar la capa superior que estará más dañada, le echaremos cera en los posibles agujeros que pueda tener la madera, lo volvemos a lijar para eliminar los restos de cera y una vez lijado le damos de barniz para darle un poco de brillo.
La utilidad que resulta de la reparación de un bieldo es que éste puede ser parte de nuestro arsenal decorativo para ambientar alguno de nuestros espacios. Son elementos rústicos muy decorativos si tu casa tiene ese estilo.
La imagen que hay a continuación es un rastrillo, pero al ser de madera los pasos son los mismos.
Imágenes: facilisimo.com
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