Pero hay veces que debido al desgaste ya sea por exceso de uso o por el propio paso del tiempo que no deja de generar cierto nivel de deterioro, por más que todo este impecablemente limpio, no se le nota. Algo viejo y descascarado, nunca va a parecer algo limpio y bonito por más que se intente.
Tal vez hay un vinilo nuevo que por diseño y color parece estar muy limpio y no lo está, pero hay unos azulejos con las juntas en malas condiciones pero casi estériles de tan limpios, sin que se note.
Como la idea es que se den ambas cosas, apariencia y realidad, debemos modificar esa apariencia y acercarla lo más posible a los objetivos de limpieza, algo que probablemente siquiera tengas en cuenta, pero una vez haya cambiado comenzarás a apreciar enormemente.
Como ya hemos visto en un post anterior, no es necesario entrar en obra y cambiar todo el revestimiento del baño, como nos ocurría antes. Si esos antiguos azulejos nos encantan, solo vamos a trabajar las feas juntas.
Una buena limpieza
El primer paso antes de si quiera pensar en cómo recuperar la apariencia de las juntas aplicando cualquier producto extra es una limpieza a fondo, pero que en este caso implica quitar todo lo que está suelto y o casi suelto.
Con mucha paciencia, junta por junta vamos a retirar todo lo que no está bien, desde la propia suciedad acumulada como cualquier pequeño pedazo de azulejo o junta antigua que ya haya comenzado a desprenderse del lugar.
Este último punto es sumamente importante, ya que de nada vale intentar reparar si simplemente vamos a cubrir los daños, debido a que los mismos se encontrarán en el fondo y más temprano que tarde pasaran nuevamente a la superficie arruinando todo nuestro trabajo.
Para eso nos ayudamos con una espátula y luego una lija. Volvemos a limpiar para que no quede nada de polvo y el material pueda fijarse bien.
En un recipiente adecuado, una vez que la superficie esta pronta, vamos a mezclar el polvo para juntas (es muy importante comprar el color adecuado, ya que de otra forma haremos un desastre) con un poco de agua. Lo haremos con calma hasta obtener una pasta muy manejable, pero con cierta consistencia.
El siguiente paso es aplicar esta pasta sobre las juntas con espátula, pero sin preocuparnos de que quede solo ahí (el resto del azulejo obviamente que va a captar parte del material). Lo dejamos secar unos 20 minutos, luego de los cuales vamos a retirar todo el excedente (por eso es que no teníamos que preocuparnos) con una esponja.
Sigue los consejos para una cocina pequeña si es el caso, pero dejando todo impecable.