#laniña ha salido lectora. Le gusta leer de todo y se pone prácticamente en cualquier sitio. Ni que decir tiene que estamos felices e intentamos fomentarlo por todos los medios, pasando casi todos los días por la biblioteca, arrasando en toda librería donde entramos y predicando con el ejemplo.
También tiene la costumbre de leer un ratito antes de dormir, así que le hemos acondicionado la cama para que pueda hacerlo con una buena luz. Después de montar el escritorio no quedó espacio entre él y la cama para poner una mesilla, así que la única opción para tener una lámpara era colgarla de la pared.
Quería que tuviese un brazo extensible para regular la luz, y largo para leer en cualquier postura. Entonces me acordé de mi viejo flexo y de que podía transformarlo en una lámpara construyéndole un soporte para sujetarlo a la pared, y que al mismo tiempo hiciese de mesilla:
Igual que con el del #esposo (aquí), pedí ayuda a mi padre para hacer el marco. Me habría gustado más estrecho y pequeño (como el de un cuadro) pero las medidas y el peso de la lámpara mandaban:
Lo hizo de cerezo y volvió a poner un rodamiento en el fondo del agujero donde encajaba el brazo, para que girase en todas direcciones sin desgastar la madera:
Para que fuese fácil de pintar lo tapó con una chapa cortada a medida:
Como el marco había quedado grande y sobresalía tanto de la pared, volví a recurrir a la pintura para que no pareciese tan armatroste, igual que hice con las estanterías de cajas de vino (aquí).
Utilicé pintura a la tiza de Fleur Paint. En la parte exterior puse Chalk White (gracias de nuevo Tanita por la recomendación) para unificarlo con la pared y que así no destacase tanto. Para el interior utilicé Malmö Green, que además de quedar genial con el rojo del flexo combina con el papel de la pared de enfrente. Y para protegerlo y que resista golpes y arañazos, dos capas de barniz final con acabado mate:
El resultado es súper bonito porque con esos colores ha quedado integrado y da protagonismo al flexo:
Este era el efecto que buscaba, que cuando esté recogido parezca un cuadro (con un marco gigante, eso sí), y que a la vez tenga sitio para poner las cosas que estarían en la mesilla:
La lámina es de Cuestón de Tiempo, que hizo para la comunión de #laniña ():
El cabecero está a medio terminar. Sólo me falta añadir una voluta de madera que no sé dónde metí la última vez que coloqué las cosas de Pica Pecosa, pero en cuanto la encuentre y la ponga hago un post con el proceso:
Así es cómo se ve desde la cama. De la chapa que tapa el rodamiento no queda ni rastro, gracias a que la chalk paint se agarra a cualquier sitio (aunque si va a rozarse mejor dar una capa de imprimación antes).
El #esposo tenía dudas con ponerlo ahí por si #laniña se daba un cabezazo al levantarse, pero hasta el momento no ha habido ningún chichón:
¿Qué te parece esta idea DIY para transformar un flexo en una lámpara? ¿Lo pondrías en tu habitación?
Yo tengo que decir que estoy encantada con el resultado porque ha quedado igual que me había imaginado. Y #laniña ahora sí que no perdona su rato de lectura nocturna.
* Post patrocinado por Fleur Paint.