La limpiamos con esmero y cuidado porque, además, tenía polvo para parar siete trenes....
Y procedimos a recortar una parte para el fin que nos habíamos propuesto.
Nos quedaba un cajón, de tres que habíamos conseguido en las "streetshops" de nuestra ciudad, y cuya madera necesitaba un nuevo aire.
Con nuestro magnífico muestrario de pinturas, que ya os enseñamos hace algunos días, elegimos los tonos que más iban al propósito del DIY.
Decoupage con nuestro trozo de lámina...
Y, de nuevo, una estantería diferente para decorar cualquier pared con mucho encanto. ¿No creéis? Aprovechamos que, en el mismo día de compras, adquirimos unos preciosos botes de cristal de un antiguo laboratorio, para adornar, sin más pretensiones, nuestro colorido estante .
Con nuestro cajón botánico nos vamos a casa de Marcela Cavaglieri en busca de nuevas y estupendas ideas, como siempre nos tienen acostumbradas los participantes en esa quedada de Finde Frugal.
¡Feliz fin de semana!