Si, confieso que desayuno en el baño, como tenga que salir muy temprano de casa, o vaya en plan relajado, o simplemente con que me de el puntazo… desayuno en el baño.
Y ya que me pongo a contar cositas… algo que me encantaría sería tener una mini nevera y un microondas en el baño. ¿Tú sabes?, mmmmm, el cafetito recién hecho, con su crema, calentito, y un zumito, fruta fresca… ahí en el baño, para que mientras sale caliente el agua, o después de cepillarme los dientes, romper mi ayuno.
Pero a veces voy muy de calle y cargo con el café a cuestas por toda la casa, así que me he inventado este porta desayuno portátil, ¿quieres ver cómo lo he hecho?, parte prácticamente de la nada, voy a contártelo:
Para hacerte esta bandecajón necesitas:
- un cajoncito de un mueble que ya no tienes, este era de un escritorio de mi familia
- esmalte acrílico mate
- chapa de madera
- un tirador bonito
- lija para madera, plancha, brochas y barniz, que no se ven en la foto
Para empezar, le damos una lijadita suave al cajón. Yo decidí no esmerarme demasiado, me apetecía algo rápido simulando un objeto que llevara utilizando media vida, y confieso que me quedó mejor acabado de lo que esperaba. Ya va dos confesiones
Lo pintamos entero por dentro y por fuera, salvo por delante porque irá forrado con chapa
Una vez seco el esmalte, cortamos la chapa de madera un pelín más grande de lo necesario. Veis que para marcar la medida tengo la cara de la cola hacia arriba, esto es algo que descubrí la primera vez que utilicé este material, aquí (click) te cuento lo que aprendí.
Se coloca sobre el frontal del cajón, y fijándola con una pinza, metes algo punzante, en mi caso una aguja de coser a máquina por el agujero hecho para el anterior tirador ya retirado. Con esto marcamos dónde va a ir nuestro nuevo tirador, el mío fue de tamaño desproporcionado, cosa que hace que me guste más aún, le da un toque de personalidad, como las personas bellas de nariz grande.
Poco a poco vamos planchando sobre la chapa mediando un papel entre ambos. Calor a tope, y sin vapor.
Al terminar, se retira la virutilla con un bisturí, también os lo contaba con mi primer experimento con este material, y después una pasadita de lija. Como pierde pintura al lijar, es conveniente frotar el resto de bordes para así igualar el acabado.
Una manita de barniz, el tirador, y voila, bandejita cajón para desayunos portátiles …
para llevártelo a la cama o al sofá sin demasiado riesgo de derrame …
… para llevar mimitos a un enfermito o enfermita…
… o simplemente para tenerlo a tu lado mietras lees este post
Si te gusta la combinación te diré que el color es el “gris azulado”, talmente un azul industrial donde los haya, y la chapa es de roble; el combinado: nobleza industrial, ¿a que sí?
Como os decía antes, con esto buscaba un objeto útil y práctico, y que además no fuera feo; pero en definitiva no pretendía cuidar en exceso el detalle, me apetecía algo con un aire viejunete, usado, desgastado. Y tanto es así que no fui capaz de eliminar unos defectillos de la chapa de roble por miedo a que de tanto lijar perdiera color.
Este cajón lo conservaba por mi debilidad por este tipo de contenedores. Lo guardaba sin tener muy claro qsu fin, hasta que un día encontré algo en el blog de Vero Palazzo que me inspiró pero que no he logrado volver a identificar esa imagen en su estupendo blog. Aún así disfruté buscándolo, y te lo recomiendo. Vero, gracias por inspirarme
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