Hace unos días, cuando estábamos en plena obra, de repente tuve un momento de iluminación. Ya sabemos todos que a veces soy un poquitín lerda y lenta de reflejos, así que no os sorprenderá nada que el momento de iluminación tardara tanto en llegar (¡que ya estábamos de obras!) y que fuese un poco lento... durante un tiempo estuve rumiando la idea cual vaca en la pradera sin atreverme a verbalizarla ni a darle un espacio físico en mi cerebro.Pero de repente pensé: "¿por qué no aprovechar la obra para hacer todas esas cosas que tengo ganas de hacer y todos esos tutoriales que guardo como oro en paño en Pinterest?"
Sí, señores, esa fue mi gran revelación, mi gran momento de claridad. ¿Por qué no? ¿Por qué no aprovechar el lienzo en blanco de la obra? Aix. Famous last words. Qué bonita era la idea en teoría, qué desastre en la práctica.
Durante tres semanas de lijar, pintar, barnizar, etc, etc, he aprendido un montón de cosas sobre los muebles y la pintura y estoy muy contenta de poder compartirlas con vosotros. Vamos, que voy a escribir lo que me habría encantado que alguien me dijera antes de liarme la manta a la cabeza y pintar media casa. De nada.
Voy a hacerlo en formato lista porque mola más y porque así me resulta más fácil ordenar las ideas. Si os gusta el tema, a lo mejor lo convierto en un artículo quincenal, alternando con la Organización para desorganizados. Podría convertirse en "Bricolaje para patosos" o algo similar.
Pues venga, vamos allá. Pillad pincel y un par de sábanas viejas y nos lanzamos a la aventura.
1. Ten paciencia.
Es el mejor consejo del mundo y el más difícil de poner en práctica. Yo suelo usar esmalte al agua y cuando lo compro leo corriendo en el bote el tiempo de secado, porque es un coñazo esperar y esperar a que la pintura se seque. Pero de verdad, de la buena, ten paciencia. La bonita estantería degradada de la pompona está esperando un par de capas nuevas de pintura porque yours truly no tuvo ninguna paciencia, dio segundas capas demasiado rápido, puso cinta donde la pintura todavía estaba mojada y arrancó pintura e hizo goterones donde no debía. Para pintar un mueble de un solo color vas a tardar dos o tres días. Si vas a usar más de un color, tardarás un poco más. Ponte un plazo razonable y no pienses eso tan típico de "esto en un par de horas lo he terminado". No, cariño, no.
2. Protégelo todo
En casa guardamos las sábanas viejas para poner debajo de las piezas que pintamos o para usar de manteles cuando hacemos manualidades. Cubre tu superficie de trabajo con sábanas o papel de periódico o lo que tú quieras. Ponte ropa vieja porque no importa lo bien que pintes, seguro que acabas con alguna gota encima (si eres como yo, acabarás con varios brochazos en las piernas, las manos teñidas y hasta gotas en la espalda que no tienes ni idea de cómo han llegado ahí). No es mala idea tampoco cubrirse las manos con guantes de látex, son cómodos y te los puedes cambiar cuando estén muy sucios, para evitar manchar todo lo que tocas (desde el mango del rodillo hasta el pelo cuando te lo apartes de la cara, been there).
3. MUEBLES EN CRUDO
Te compras un mueble sin barnizar en IKEA, en un carpintero de barrio o en un centro de jardinería. O a lo mejor le das a la lijadora como un loco durante horas y horas hasta que tu mueble queda suave y blanquito como el culo de un bebé. Este es el mejor material para pintar. No hay que hacerle nada, puedes empezar enseguida, aunque yo te aconsejo, eso sí, una base o una imprimación para evitar que la madera chupe la pintura como si no hubiera mañana. De todos modos no es obligatoria y las camas de los pompones las he pintado sin ninguna base, con tres capas de esmalte al agua.
Para un mueble en crudo, cualquier pintura va bien. Yo prefiero esmalte al agua porque es más fácil de limpiar y huele mejor, pero un esmalte sintético te funcionaría igual de bien. También podrías usar chalk paint o pintura en aerosol. Pero ojo con esta última, porque se gasta con muchísima facilidad. El resultado es muy bueno, muy uniforme y profesional, pero es una pintura cara que rinde muy poco, porque gran parte de ella se va para cualquier sitio. Solo te la aconsejo en caso de piezas pequeñas o muy trabajadas. Ahí sí que no hay color, la pintura cubre todos los rincones y el acabado es perfecto. Pero para muebles grandes, mejor un bote de esmalte.
Yo creo que lo mejor es usar un rodillo pequeño (yo prefiero los de espuma) y una brocha redonda para los sitios a los que el rodillo no llega. Primero moja el pincel en la pintura y dale en todos esos rincones, que normalmente son las juntas de las piezas o las zonas talladas. Después, moja el rodillo, deslízalo por la cubeta un par de veces para no tener un exceso de pintura (que haría que el rodillo resbalase y no cubriera bien) y cubre toda la superficie del mueble con paciencia.
Te vas a dar cuenta de que el tiempo de pintar es una miseria comparado con el tiempo de secado. Vamos, que en diez minutillos tendrás todo tu mueble pintado y tendrás que esperar de 3 a 5 horas para darle una nueva capa. Oh yeah. Tómate un gin-tonic, mira un partido de baloncesto (que ahora empieza el mundial!), duérmete una siesta... Pero ten paciencia y no vuelvas a tu mueble hasta que haya pasado el tiempo de secado.
Cuando ya esté seco, coge una lija fina, de 180, y dale muy suavemente a todo el mueble, o, si te da pereza, a las zonas que vayas a tocar (vamos, que no hace falta lijar la trasera). Un toque muy ligero para que quede suave al tacto. Mejor hacerlo a mano, porque si lo haces con lijadora lo más probable es que te cargues la pintura que acabas de poner. Después de lijar pasa un trapo suave para eliminar el polvo y ya le puedes dar otra capa.
Repite dos o tres veces, según cómo quieras tu acabado y ya está, ya lo tienes pintado. Recuerda dar un último repaso con la lija para asegurarte de que todo está bien suave.
Si quieres, puedes barnizar. Yo solo uso barniz en las piezas que van a tener mucho trote y siempre lo uso incoloro y mate, pero tú puedes usar el que quieras, teniendo en cuenta que la aplicación es similar a la pintura, hay que cubrirlo todo bien, esperar a que se seque el barniz y luego lijar suavemente. Si la madera es cruda, lo más probable es que el barniz te haga salir el "repelo". Es decir, que si tu madera tiene nudos, cuando apliques el barniz en los nudos saldrán pelillos desagradables al tacto. De hecho, puede que la pintura los haga salir tambien. Si te pasa eso, coge un poco de lana de acero (es parecida a un estropajo y la encuentras en cualquier ferretería)y pásala por el repelo sin piedad. Es la manera más efectiva de deshacerse del repelo y conseguir que la madera quede suave. Es probable que con la siguiente capa salga un poquitín más. Vuelve a pasar la lana de acero y dale otra capa de pintura o barniz.
4. MUEBLES YA PINTADOS O BARNIZADOS
A veces lo que quieres es darle un aspecto nuevo a un mueble que ya tienes. Para hacerlo, tienes tres opciones:
a) Lo lijas del todo y lo tratas como a un mueble en crudo. Esta opción solo es aplicable a los muebles de madera maciza. Si tu mueble es de contrachapado y melamina puedes destrozarlo lijando. Si usas esta opción, lija tu mueble a conciencia, como hicimos nosotros con las camas del pompón friki y el pompón peque y luego trata el mueble como si fuera un mueble en crudo.
b) Usas una pintura que te permita la aplicación sobre barniz, como la chalk paint. Este tipo de pinturas se adhieren a las superficies aunque no sean porosas, es decir, aunque estén barnizadas, pintadas o lacadas. Si eliges esta opción, infórmate bien sobre los tipos de pintura que existen. Ya sabéis que yo hice un curso con Neus y quedé encantada con la pintura Auténtico. Con este tipo de pintura pintas como si fuera un mueble en crudo, pero lo más probable es que no te haga falta lijar mucho. Para terminar la pieza se suele usar cera y también barniz. Es una pintura un poco delicada, así que no te la recomiendo demasiado para una superficie con mucho uso. Eso sí, si la vas a usar sobre algún mueble que tenga mucho trote, barniza en lugar de encerar.
c) Usas una base o un pretratamiento sobre el mueble y pintas luego. Esta es mi opción favorita para los muebles baratillos de melamina. Usas primero una imprimación, que puede ser en aerosol (aunque te digo lo mismo que con la pintura: es cara!) y le das una buena capa base para cubrir la pintura, el lacado o el barniz. Dejas secar con esa nueva paciencia que has encontrado dentro de ti mismo y luego pintas igual que para un mueble en crudo.
5. Varios colores
Si vas a usar diferentes colores en tu mueble, necesitas usar cinta de pintor, esa cinta adhesiva de papel que se rompe con facilidad y se puede quitar sin dejar marcas. Vamos, el washi tape del bricolaje. Lo más importante para poner la cinta de pintor con garantías es que la pieza esté bien seca. Si colocas la cinta cuando la pintura todavía está húmeda, puedes arrancarla o puede que la nueva pintura acabe mezclándose con ella. Normalmente se pinta siempre primero el color más claro, porque si te pasas es más fácil cubrirlo que el color oscuro. Mi consejo principal para los muebles de más de un color es: PACIENCIA. Más que nunca. Vas a tardar varios días en acabar la pieza y te va a costar mucho esfuerzo conseguir líneas rectas y bien pintadas. Es parte del encanto de pintar este tipo de muebles.
Pues nada, ya está. Ahí va toda mi sabiduría en cuestión de pintura mobiliaria. A lo mejor me he dejado algo súper importante... Espero que me lo corrijáis y me lo hagáis saber en los comentarios :)
(Por cierto, ya no estoy de vacaciones. Este no es un post programado. Volvemos a la rutina.)