Encontré esta contraventana en una casa donde, por reformas, se deshacían de ella. Está en muy buen estado, no tiene absolutamente nada roto ni dañado. Probablemente habrá estado expuesta a la intemperie pero en una terraza cubierta. Todavía lleva el barniz industrial de fábrica y la cerradura está intacta.
Me gusta la restauración y todo el procesos de tratar la madera pero también me alegra, de vez en cuando, poder trabajar sobre algo que no esté roto, por una vez...
La limpié varias veces con amoniaco y jabón y la dejé secar en el sol.
Os contaba aquí que tenía la intención de darle un aire diferente a mi cabecero. Se me ocurrió la idea de colgar la contraventana en los barrotes del mismo y así tener algo personalizado. Pensé en un tono gris para el cabecero y para darle un contraste, elegí un blanco de la pintura de leche. Desgasté, lijé y listo. Aquí va el resultado. Es un avance de la terminación de mi dormitorio y mi participación a los frugales de Marcela.
Anne
anne charriere