La cocina de hierro es un elemento de las casas antiguas que desapareció del escenario con la llegada de las modernas cocinas de gas. Ahora, tras un largo ostracismo, vuelve a recuperar un sitio en los hogares por dos motivos: su valor decorativo, y la creciente afición por los platos guisados a la manera tradicional, con fuego de carbón.
A nuestra amiga Anto0, experta restauradora, le regalaron una cocina de hierro, i se puso manos a la obra para restaurar una cocina de hierro y aunque presentaba mucho deterioro, la artista la dejó nueva y flamante, como todo lo que pasa por sus manos. ¡Si tienes una joya parecida y quieres rejuvenecerla no te pierdas este reportaje!
Aquí vemos la pieza, tal como llegó a manos de Anto0. "En un lateral tiene un depósito para el agua caliente y debajo un grifo para sacar el agua. ¡Yo no la habia visto nunca!", comenta nuestra amiga.
"Tiene horno y en el fondo de la estufa hay un calienta-platos. Voy a restaurarla y ponerla de decoración. Vamos a ver qué tal quedará".
Aquí tenemos una vista más cercana de cómo estaba la cocina antes de iniciar a restaurar una cocina de hierro antigua
"Una vez desmontados el depósito del agua y el grifo, he comenzado la operación limpieza", cuenta nuestra amiga muy animosa.
Después de un tiempo sin "lijar y rascar", Anto0 ocomprueba con cierto disgusto que el sólido armatoste metálico "tiene un montón de capas de pintura".
Anto0 limpia con un producto desoxidante varias piezas, entre ellas el grifo de la cocina. El platillo dorado pertenece a una balanza que también está restaurando nuestra amiga.
Detalle de una de las portezuelas por donde se introduce el carbón.
Pacientemente, Anto0 aborda el meticuloso rascado y abrillantado del metal, pieza a pieza, centímetro a centímetro. Aquí nos deleitamos viendo varios detalles antes y después de la limpieza, con las piezas lustrosas gracias a la nueva capa de pintura..
La parte principal del trabajo concluye exitosamente, Anto0 nos detalla los pasos: "limpiar con quitapinturas y una espátula, ya que había muchas capas de pintura y algunas zonas estaban oxidadas. Para las partes más pequeñas empleé un bisturí plano que tengo sin corte, para no profundizar en el metal de la estufa".
"Las manetas, puertas y demás las he desmontado para limpiar mejor. El calderín del agua y el grifo también los desmonté. Las partes de laton las puse en vino negro durante un tiempo para que se fuera el óxido y después las froté con estropajo de fibra verde con cuidado para no rayarlas".
Sin embargo, el exigente criterio de Anto0 no acaba de quedar satisfecho con el brillo dorado de los adornos, excesivamente nuevo en opinión de nuestra amiga.
La artista decide envejecer un poco los brillos, y, mientras aborda la faena, vemos la renovación de otra pieza de la cocina. "En la parte de arriba faltaba una tapa redonda y la encargué a medida a un herrero", señala nuestra amiga.
"Le puse la pátina a los dorados, para que no pareciera tan nueva y estuviera más acorde con sus años, ya que el dorado brillaba mucho", explica la artista. "Probé antes en un canto a ver qué tal quedaba. Después de darle una pátina en negro, la volví a limpiar y ha quedado el dorado más mate".
"La barra de metal donde se pone el gancho de hierro para abrir las tapas y el cierre del horno no pude desmontarlos, e hice el proceso de limpieza con aluminio muy fino (lo venden en rollos) y también con cuidado de no rayar. Al final le di con algodón mágico (aladino)".
Finalmente, nuestra amiga pintó las piezas por separado con pintura negra mate para metales y después lo montó todo en el armazón. "Lo último ha sido el dorado de las puertas y los laterales que he empleado pintura metalizada oro viejo".
"Espero que os guste la restauracion de esta pequeña joya", dice la artista. ¡Por supuesto que sí, nos ha maravillado, enhorabuena!