Los baúles y arcas han sido desde la Edad Media un mueble contenedor principalmente, pero también asiento y hasta cama en casos extremos. Portátil con sus asas más o menos ornamentadas, y en ocasiones muy rico en compartimentos y puertas con tallas y escenas pintadas en sus cuarterones, los más elaborados, o sencillamente con lamas o tirantes de madera vistos, los más sencillos.
Este es uno de los que han llegado en peor estado, pero eso siempre es un reto. El baúl en sí tenía en origen una balda o cajón superior que no estaba, pero si sus cuatro escuadras que lo sostenían. Al estudiar con detenimiento la base vimos un gran deterioro por haber permanecido en un lugar húmedo durante mucho tiempo .. humedad y oscuridad = Carcoma, casi siempre.
Por suerte este verano hemos contado con la colaboración de una excelente restauradora en prácticas, Helena Redondo, desde aquí le mandamos un gran beso!. Este es el estado inicial exterior, como podemos ver hay algunos trozos de cuero rotos, manchas de diversos tipos y grasa.
Comenzamos la restauración de este baúl retirando el papel interior y aspirando en profundidad para eliminar polvo y suciedad.
Nos damos cuenta que en la trasera el cuero está suelta en exceso, por lo que levantamos para comprobar el estado interior. Como podéis ver las galerías producidas por el ataque de xilófagos son importantes, y aún mayores cuando repasamos con el bisturí para ver hasta dónde llegan.
En este caso es una suerte que el acabado que nos encargaron fuera en esmalte con pátina. Una vez nos aseguramos que ya no queda polvillo aspiramos y damos un fondo protector fungicida como prevención hasta que evapore 24 horas. Después reintegramos como hacemos habitualmente. Ya sabéis que todos los procesos de restauración los podéis encontrar en los cuadernos online de técnicas de restauración I y II.
Continuamos fijando todos los trozos de cuero desprendidos y encolamos las maderas agrietadas en el interior. Seguimos reintegrando cuando es necesario.
En estas dos imágenes vemos varios ejemplos del interior y exterior del baúl. Cuando ya hemos acabado todas las reintegraciones empezamos con la limpieza de toda la estructura como siempre. En este caso hacemos una mezcla más alcoholada porque posteriormente vamos a pintar.
En la imagen superior vemos ya una superficie más uniforme una vez hemos eliminado las manchas principales. Además hemos limpiado también los herrajes y eliminado el color negro de los tirantes de madera en lo posible para dar un tinte casero tipo roble y entonar la madera.
Una vez protegida la madera aplicamos dos manos de esmalte acrílico mate color Gianni hecho en el taller y pulimos. Nos queda el entelado del baúl que ya hemos explicado con detalle en nuestro canal de Youtube
Hemos incorporado también una bandeja para mejor aprovechamiento del espacio. Tomamos las medidas y en la parte frontal Ana Paola ha recortado una media luna para poder levantarla con facilidad. Además hemos tenido que adaptar el perfil de la bandeja al frente algo convexo del baúl para que encajara perfectamente.
Para terminar hemos aplicado una cera teñida ligeramente para patinar el esmalte Gianni y que los elementos metálicos queden totalmente integrados. Y ya si que con esto ha quedado saneado por completo y con mucha vida útil.
Algo más de dos semanas de trabajo pero como siempre merece la pena. Vamos a recordar cómo llegó al taller.
Y el cambio por dentro.
Y la maltratada base ya saneada, a la que finalmente pusimos cuatro ruedas a petición de sus dueños.
Solo deciros que nos hubiera encantado no pintar este baúl, y así se propusimos en un principio, pero eran tantos los daños estructurales que creemos que ha sido la mejor opción.
Gracias como siempre por vuestros comentarios que nos llegan por redes sociales y por este blog que escribimos cada semana. Gracias a Helena por un mes de prácticas tan divertido. Esperamos volver a verte muy pronto!
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