Hoy voy a compartir con vosotros la restauración de una puerta: la transformación radical de la puerta de entrada a mi casa.Os voy a contar cómo hemos pasado de esto.
A esto.
Ha sido un trabajo pesado pero muy satisfactorio. Y para hacerlo he contado con el asesoramiento de algunas blogueras que también son aficionadas a la restauración. El resultado me encanta y creo que la decisión de conservarla ha sido muy acertada.
Os cuento paso a paso todo el proceso, para que pueda servir de ayuda en el caso de que os encontréis con un reto parecido. Restauración de una puerta castellana
Primeros pasos
El estado en el que se encontraba la puerta era lamentable.En la parte exterior el barniz estaba muy cuarteado y, en algunos puntos, era casi inexistente. El agua, el sol y el aire habían deteriorado sobre todo la parte inferior, quedando la madera blanquecina y desprotegida.
Para realizar el trabajo tuve claro desde el principio que era necesario descolgarla y trabajar con ella en posición horizontal. Coloqué dos caballetes resistentes y solicité la ayuda de unos brazos fuertes para colocarla encima, porque la puerta pesa de lo lindo.
La limpieza, necesaria para recupera la belleza de la madera.
Lo primero que hice fue quitar todo el barniz que tenía la puerta, para dejar la madera desnuda.
Para ello me serví de todas las herramientas a mi alcance: lijadora eléctrica para las partes planas y accesibles, tacos de lija, cepillos, papel de lija. En fin, todo lo que pudiera servir para llegar a todos los rincones.
Y, lo más importante, la paciencia. ¡Muchas dosis de paciencia!. Creo que hasta que no estuve metida en el ajo no fui realmente consciente de la envergadura del trabajo. Pero como lo tenía a medias sólo había una solución: "seguir hasta el final.".
Y así de bonita se veía una vez eliminadas todas las capas de barniz. Os confieso que llegar hasta aquí ya fue una satisfacción, porque sabía que el trabajo más tedioso ya estába hecho. Ahora viene la parte creativa y esa se disfruta mucho más, aunque tambien sea trabajosa.
¿Qué color elegir?
Esta fue una cuestión que tuve clara desde el principio: Blanca. Pero no quería un blanco nieve, sino un blanco vintage, que me parece mucho más elegante.Como la puerta está en el exterior apliqué dos manos de tapaporos, para proteger la madera de xilófagos. Dos manos con una lijada suave entre ellas con papel de lija muy finito y estopa, para cerrar bien el poro.
A continuación una mano de imprimación multiusos, para que la pintura agarre mejor. La imprimación hay que dejarla secar totalmente y a continuación lijar de nuevo.
Y ahora sí, llega el momento de pintar. Os voy a contar mi forma de pintar porque aunque es un poquitín más trabajosa al final el resultado es muchísimo mejor. Mi particular forma de pintar
Se trata de cargar la brocha o rodillo con muy poca pintura y extendiéndola todo lo posible. A continuación una lijadita muy suave y retirada totalmente del polvo que se origina (utilizando, incluso, el aspirador)
De esta manera cada capa de pintura cubre muy poco la superficie, lo que me obliga a dar más manos de pintura.
¿La ventaja? Pues que queda mejor aplicada, sin grupos y sin churetones. Y las capas sucesivas agarran perfectamente sobre la anterior. Mirar el aspecto final que queda:
Los últimos detalles
Cuando la puerta estuvo totalmente terminada pinté la reja de la ventana anexa con pintura de forma en spray. En comparación con el trabajo de la puerta éste fue rápido y fácil. Y el resultado me encanta.Los picaportes también necesitaban un poco de mimo, así es que le apliqué pintura negra ultra resistente. Y la misma pintura para pestillos y bisagras.
Y éste es el resultado final:
La verdad es que estoy orgullosa del resultado, me parece que ha quedado muy bonita y muy elegante. Además tengo la satisfacción de saber que está perfectamente protegida y que durará muchos años a la intemperie cumpliendo su función.
Espero que a vosotros también os guste la transformación. Y que este trabajo os anime si tenéis alguno pendiente. Ya veis que por muy grande y laborioso que sea, la alegría de ver el trabajo bien hecho siempre compensará el esfuerzo. La restauración de una puerta es un ejemplo de ello.
Espero seguir compartiendo mis experiencias con vosotros.
Llegados a este punto toca despedirse, espero que te haya gustado, también espero tus comentarios con todo el cariño del mundo, ya sabes que me hace mucha ilusión.
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