Antes de comenzar hacer el cine en casa exclamaron "!Ojalá hubiéramos conocido este foro cuando lo estábamos haciendo!", dice Perchita. A falta de mejor apoyo, abordaron el proyecto con paciencia y poco a poco, consultando a sus allegados las dudas que surgían: "lo que no sabíamos, pues a preguntar a mi padre, a mi suegro, a algún vecino. Después de dos meses este es el resultado final, a ver qué os parece". Damas y caballeros, tomen asiento que vamos a presenciar una obra excepcional.
Mira como esta quedando este cine en casa:
Aquí ya habían pasado la luz a la pared de la entrada, habían puesto el punto de luz y el interruptor, y faltaba colocar los rastreles encima de la puerta y el aislante a la izquierda de la puerta. Tras algunas vacilaciones, quitaron el punto de luz del techo.
Como querían poner aislante en las paredes escogieron rastreles de 4 cm de grosor, margen suficiente para instalar también los cables de la luz y el sonido. "Todo el cable del sonido lo metimos por rozas, por si lo queremos cambiar o algún canal luego se oye mal".
El primer paso fue levantar el tabique para dividir el garaje en dos. Al fondo quedaría la sala de cine, y a este lado, el garaje para los dos coches. Para el tabique escogieron un ladrillo de formato grande, que permite trabajar con rapidez.
El sótano, cuenta Perchita, "era todo garaje pero lo dividimos en dos. Tuvimos que meter luz, los cables del sonido, poner el suelo, la moqueta en el techo, el friso de madera, los remates..."
La conducción de agua que aparece es la entrada general de la casa. "Aquí ya habíamos puesto el aislante, del color blanco normal".
"Aquí están todos los cables que iban a la caja donde se tenían que enganchar, los teníamos con pegatinas para saber de qué era cada uno". El enchufe de luz y televisión, por recomendación paterna, los llevaron a la misma altura que los demás.
Cuando estaban montados los rastreles con los cables metidos, pusieron el suelo de tarima. "Teníamos que haber puesto primero el techo", dice Perchita, "como iba con moqueta pegada, algo de pegamento cayó al suelo y luego nos tocó fregar a conciencia".
Empezamos con el trabajo en el techo. Para pegar la moqueta se empieza dando una imprimación, que se deja secar un día entero. La moqueta la compraron ya cortada en tres bandas, y el ancho que pusieron era el máximo que daba el rollo.
En esta fase de la obra, el equipo familiar al completo trabajó de firme: "mi marido y su padre se subieron en la escalera y la iban pegando al techo, y mi suegra y yo desde abajo sujetábamos la moqueta con unos palos de escoba". Era agosto y hacía un calor horrible, recuerda Perchita.
Instalar la moqueta en el techo, cuenta Perchita, "fue lo peor de toda la sala, nos ayudaron mis suegros porque solos era imposible". Una vez extendido el pegamento, se deja secar un rato, hasta que cambie de color, y entonces se empieza a pegar la moqueta.
La pared frente a la entrada. Vemos los tres puntos de luz, el cable que va hasta el proyector en el techo y todos los cables que van hasta el centro de la pared, el punto donde finalmente se instalaría el proyector.
"El suelo lo compró mi marido de esos que vienen en kit de montaje; se fue al brico con un vecino que lo había instalado en su casa y lo compraron allí todo. En un día se quedó puesto".
Después de la moqueta acometieron el friso. "Mi padre ya había colocado friso en una habitación y le explicó a mi marido cómo se hacía; la primera lama tiene que estar muy bien colocada y nivelada, porque de ella depende que el resto de la pared te quede bien".
Detalle de la salida de los cables. "Buscamos una especie de goma negra para que cubriera el hueco de la madera, intentamos que los enchufes estuvieran en la misma tabla que las salidas de los cables, para tener el menor número de tablas con huecos".
El maremagnum de cables del equipo, que iría oculto bajo el friso. En esta fase es vital identificar bien los cables, poniéndoles etiquetas con cinta adhesiva si hace falta.
"Aquí ya habíamos terminado la tercera pared y la mitad de la cuarta". Según afirma nuestra amiga, "los cortes de las llaves son lo que da más trabajo".
"Mi padre, haciendo las pruebas a ver si el cable de televisión se veía bien. Como ya he dicho, tenemos unos padres muy apañados y muy manitas que nos solucionaban todas las dudas".
Una vez colocada minuciosamente la primera, explica Perchita, se tarda menos para encajar las restantes. Aquí ya habían puesto unas diez lamas. "Hay que medir antes de cortarlas para asegurarse, aunque luego el rodapié y los remates del techo absorben las irregularidades."
He aquí el admirable resultado de una reforma que empezaron a finales de julio y acabaron en septiembre. ¡Una sala privada de cine que ya quisieran muchos productores!
¡Parece mentira que esto fuera un rudimentario garaje, pocas semanas antes! "Forramos la columna con moqueta de color granate, y colocamos los altavoces cada uno en su pie. El aire lo pusimos también para el invierno ya que no hay calefacción".
Mientras buscaban unos sillones a tono con las prestaciones de la sala, pusieron unas sillas de Ikea, para hacer las pruebas de visionado.
"Cuando ya nos pusieron la puerta y se termino el rodapié, montamos la pantalla". ¡Qué panorama más envidiable!
Y aquí tenemos los espléndidos sillones definitivos. La columna ya está terminada; los altavoces traseros también los cambiaron, y ahora van sobre unos soportes a la pared.
Y para la sesión inaugural, nada mejor que empezar con un clásico. Felicitamos a Perchita y a su marido, que han puesto el listón a gran altura, y les agradecemos su amabilidad por explicarnos con todo detalle la evolución de los trabajos.