La costumbre moderna, que tanto nos apasiona en los maravillosos ejemplos del foro, es transformar el acabado del mueble, para hacerlo más juvenil, alegre y luminoso. Causa gran deleite ver un mueble severo y altivo, habituado a las penumbras silenciosas de un monasterio, convertido en el armario de un cuento de hadas.
El tapizado es la parte más ostensible de los asientos, y a la vez lo más vulnerable a los cambios de la moda. Por ello, butacas, sillones y asientos en general son los muebles más expuestos al abandono. Una circunstancia muy afortunada para las expertas del tuneo. Para que se comprenda bien lo que significa un tuneo de cuento de hadas, aquí podemos ver la descalzadora que encontró Pituxa.
Y aquí vemos el adorno en capitoné realizado por Rosabel1. Sí, aunque parezca mentira, es la misma descalzadora de la imagen anterior. Como ya explicamos en el reportaje anterior, a menudo estos muebles sólo presentan daños superficiales. Rara vez tienen roturas de consideración, son abandonados sobre todo porque han pasado de moda y ya no gustan. ¡Un obstáculo insignificante para la consumada habilidad de los bricolegas del foro!
Carmelina y su marido encontraron un baúl abandonado en el campo. Lo cargaron en el maletero, y aquí vemos la encantadora renovación.
Menorca es también muy aficionada a rescatar muebles desdeñados por sus propietarios, para otorgarles una resplandeciente nueva vida. Con un excelente gusto, adorna igualmente frascos, botellas y otros objetos comunes, convirtiéndolos en bellas piezas decorativas.
La silla encontrada por Quintanar también sigue la pauta luminosa y rejuveneciente que caracteriza a los tuneos. Realmente, el asiento tal como estaba al principio ofrecía un aspecto muy poco seductor, por no decir lastimoso.
Y el feliz desenlace ha sido otra renovación de varita mágica, como las llama Felipe, gran admirador de los deliciosos tuneos de las foreras.
Irsulinda es la autora de esta exitosa labor, con el cambio de tapizado nuevamente de protagonista.
El aparador encontrado por Lego es un ejemplo de esos muebles castellanos típicos de los años 70, que hoy nos hacen arrugar la nariz. Se comprende el impulso de llevarlo al contenedor, para que den buena cuenta de él los servicios municipales.
¡Afortunadamente, Lego se les adelantó! Aquí podemos admirar el fantástico resultado de su arreglo, que como toque personal y emotivo incluyó un mapa del metro de Tokio, ciudad de evocación muy grata y romántica para nuestra lectora. Un precioso broche de oro para este mágico álbum de tuneos.