Hola!!
Una de las últimas novedades en el mundo de la pintura dedicada a decoración es la milk paint o pintura de leche, llamada así porque entre los ingredientes incluye caseína, una proteína de origen animal presente en la leche. Es una pintura totalmente natural, no lleva disolventes ni metales pesados y todo lo que utilicemos con ella se lava fácilmente con agua, porque es biodegradable y no tóxica. Ni siquiera tiene olor. Así es que cuando Leroy Merlin me ofreció probarla no dudé ni un momento y aquí os traigo mis impresiones.
Antes de empezar a trabajar con ella ya aparece lo que a mi juicio es la primera gran ventaja de la milky paint: su formato. Se presenta en polvos que se diluyen en agua (o en leche, pero no es necesario) y por tanto se puede preparar sólo la que vayamos a utilizar en cada momento.
El resto se guarda perfectamente en su propio envase con autocierre y podemos utilizarla más adelante sin riesgo a que caduque o se seque, al contrario de lo que sucede con las pinturas que usamos normalmente.
Para mi primer proyecto con milk paint he utilizado un soporte de madera natural, sobre la que tiene gran adherencia. Hay que tener en cuenta que esta pintura no se adhiere sobre superficies no porosas (que lleven barnices u otra pintura). En ese caso hay que aplicar previamente imprimación todoterreno.
Otra ventaja que he descubierto en esta pintura es que al ser yo misma la que hacía la pintura podía decidir no solo la cantidad que iba a hacer, también su dentidad variando la proporción de agua y pintura. De esta forma, si la aligero con más cantidad de agua, puedo aplicarla como un barrido de color dejando que se aprecie mucho más la veta de la madera (o el color dado de base).
Tengo que admitir que me costó varios intentos quedar la mezcla de pintura y agua con una textura adecuada para el trabajo que quería hacer. Y es que cuando nos disponemos a pintar, si la pintura está excesivamente espesa, lo normal es añadir un poquito de agua, ¿verdad?. Pues eso hice yo en dos ocasiones. Añadí los polvos de pintura, añadí agua caliente, dejé reposar y... volví a añadir agua porque me parecía que aquéllo estaba muy espeso.
Y no. Esa es su textura, queda como una especie de mousse que es muy agradable de extender, pero que es distinta a la crema que estamos acostumbrados. La he dejado reposar una hora aproximadamente, pero Olga, de Inventando Baldosas Amarillas recomienda hasta un día entero, y la próxima vez así lo haré.
Por lo demás contaros que dividí el soporte con cinta de pintar y apliqué los colores azul y rosa al azar.
Después combiné amarillo y marrón para conseguir ese tono salmón tan bonito en los huecos que quedaban.
Y por último mezclé amarillo y azul para conseguir el verde que di en los pomos.
Los pomos con washi tape, para hacer franjas.
Una vez todas las pinturas secas apliqué cera incolora a todo el conjunto, primero a los pomos y luego a la tabla.
Al final fui retirando el exceso de cera con estopa, insistiendo más en unas partes que otras, y así de bonito quedó:
Después de unos días decidí probar este otro tipo de cera, que se aplica con esponja y se retira después de varias horas:
Aunque en el bote pone color marfil tiene una tendencia al gris que no acabó de convencerme, a ver qué os parece:
En fin que todo es experimentar hasta encontrar los productos que más se ajustan a nuestros gusto y nuestras formas de trabajar.
En los sucesivos trabajos que vaya haciendo con estas pinturas iré probando distintas terminaciones, se abre un mundo de posibilidades que estoy deseando descubrir.
Os recomiendo éste vídeo para resolver todas las dudas sobre cómo reconstruir la pintura y cómo aplicarla:
Cómo pintar con milky paint.
¿Qué os parece? ¿Os animáis a probarla?. Si es así no dudéis en compartirlo en los comentarios de este post, así podemos ir viendo las ventajas y los inconvenientes que iremos, seguro, descubriendo.
Besos.