Hay pocos y no me extraña. Es bastante difícil lograr unos marcos para un rincón. Conseguir que cuadre la forma. Pero con mucha paciencia podemos transformar dos marcos en una rinconera.Una rinconera, sin fotos ni pinturas. Marcos vacíos para ponerles dentro lo que queramos.
Todo empezó con tres marcos que tenía mi prima en su casa y que no le gustaban mucho.
Lo primero, una capa de pintura blanca.
El color no me gustaba nada y había que hacer algo para cambiarlo. Luego, gris, rosa, un poco más de gris, un poco más de rosa?
Y luego, a cortar y ligar hasta que encajen. Sin duda alguna lo más complicado de todo.
Y como ha llegado la Primavera, he salido al parque a por flores.
Ahora las puedo ir cambiando según el efecto que quiera conseguir.
Y ya tenemos unos marcos nuevos.