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Para que nuestra piscina esté perfectamente lista para los baños del verano debemos tener siempre a mano una serie de herramientas y productos imprescindibles. Podemos distinguir entre los utensilios de limpieza y los químicos, todos ellos necesarios para la conservación adecuada del agua. Una de las herramientas fundamentales es el recoge-hojas que, antes del baño, nos permitirá retirar de la superficie del vaso de la piscina hojas e insectos. Todos los elementos que flotan y que afean la piscina se pueden eliminar con esta redecilla.
Si no se limpian, generalmente la suciedad se va hundiendo y se acumula en el fondo del agua. Para acabar con ella, existen cepillos limpia-fondos muy útiles que, conectados mediante un tubo a la toma de agua de la depuradora, absorben, como si de una aspiradora se tratase, todos los residuos que se quedan en el fondo de la piscina. Es recomendable usarlo todas las mañanas para que la suciedad no se acumule.
Además de los limpia-fondos por aspiración también están los cepillos, que acaban con los residuos que se quedan pegados en los azulejos o el gres. Existen algunos limpia-fondos que se pueden pasar con seguridad aunque haya gente bañándose en la piscina. Los antiguos aspiradores, al ser eléctricos, obligaban a que los bañistas estuvieran fuera del vaso de la piscina. Debemos tener cuidado con los atascos en el aspirador. Si existe algún residuo de tamaño medio es mejor recogerlo manualmente.
Productos químicos
Son muy necesarios algunos compuestos químicos para mantener la higiene del agua de la piscina. El cloro es el más utilizado para desinfectar el agua; se puede comprar en líquido o bien en polvo para disolver en agua. Este tipo de productos con alto contenido en ácidos de cloro eliminan las incrustaciones calcáreas y depósitos orgánicos que se quedan en las paredes y en los fondos. En el mercado también podemos encontrar agentes desinfectantes exentos de cloro.Foto: Gabriel_alves/Flickr
Además, existen componentes especiales para terminar con la suciedad incrustada por el desuso del invierno. A pesar de que estos elementos químicos son muy fuertes, será necesario frotar para arrancar la suciedad que se acumula durante nueve meses sin usar el recipiente de la piscina. Es conveniente protegerse por los fuertes gases que desprenden estos productos. Los componentes que se utilizan para la desinfección diaria una vez que la piscina ya está en uso son mucho más inocuos.
Foto: Roger Schultz/Flickr
Los antialgas o alguicidas son otro de los esenciales para el correcto mantenimiento de la piscina. Estos líquidos funcionan gracias a la acción de amonios que impiden la formación de algas, bacterias y otro tipo de gérmenes.
Reguladores y floculantes
A la acción de ambos productos, podemos añadir el uso de modificadores o reguladores del pH, productos ácidos que reducen el pH del agua de las piscinas, para que no sea agresivo con la piel de los bañistas. El uso de estos ácidos es imprescindible para la salubridad de la piscina y, aunque no son nocivos, es fundamental ducharse después del baño para eliminar los mínimos restos químicos que pudieran haberse quedado en la piel.Foto: Kleydo/Flickr
También podemos recurrir a floculantes que acaban con los residuos que se quedan flotando en el agua, así como otro tipo de agentes limpiadores más especializados. El uso de desinfectantes, antialgas, reguladores y floculantes es suficiente para mantener el agua de la piscina cristalina. Como es obvio, guardaremos los químicos alejados de los niños y con la seguridad suficiente para que no tengan acceso a ellos.
En las tiendas especializadas para piscinas te informarán de la cantidad necesaria al día, dependiendo del tamaño y capacidad de tu piscina. En ellas también podemos encontrar analizadores del agua que nos indicarán si las cantidades de químicos que administramos al agua son las adecuadas.