"Casi todos los muebles se pueden restaurar"
El restaurador Ignacio Camacho A los 23 años, trabajó inspeccionando petroleros para Saybolt, una naviera holandesa. Con vistas a crear su propia firma hizo un máster de dirección de empresas, y el primer cliente fue su hermana, que tenía un negocio de muebles. Cuando ella le pidió que supervisara las restauraciones, por sus conocimientos de química, Ignacio se quedó perplejo: "Yo era un ejecutivo encorbatado y pretendían meterme a carpintero". Entonces intervino el destino: "Mi hermana se fue, y me quedé solo con la tienda. De modo que me propuse aprender el oficio". Hoy, Ignacio Camacho Vara de Rey es uno de los restauradores más prestigiosos de su generación.Entrevista al restaurador Ignacio Camacho
Pregunta: ¿Siempre has tenido este soberbio almacén?Respuesta: Antes mi tienda estaba en el centro de Sevilla. Al descubrir este caserón en el campo decidí que podría reunir taller, almacén y vivienda. Es una antigua bodega de Aníbal González, con sólida estructura de metal, techos altísimos, y el interior diáfano.
P: ¿Qué trabajos de restauración prefieres?
R: Me gusta cambiar, no caer en la rutina. Pero creo que siempre aceptaré encargos de artesonados, y portones de casas señoriales.
P: Y en muebles, ¿cuáles son tus preferidos?
R: Me gustan mucho los bargueños, en general los muebles que tienen marquetería.
P: ¿Dónde reside la calidad de los muebles antiguos?
R: Alguna gente cree que es el tamaño de las tablas, pero hoy día llegan tablas enormes de caobas tropicales. Lo realmente diferente es el secado. Antaño las tablas secaban durante años en un proceso casi biológico, tan equilibrado y parsimonioso como el crecimiento del árbol. Aquellos muebles no se agrietaban, ni se descuadraban por los movimientos. Hoy los secaderos artificiales suministran una madera que a veces sólo tiene de bueno el nombre.
P: ¿Cómo sabemos si se puede restaurar un mueble?
R: Casi todos los muebles se pueden restaurar, igual que se puede restaurar casi cualquier coche. El profesional, lógicamente, evita los trabajos donde vale más el collar que el perro, como suele decirse, pero un aficionado sólo tiene un límite, y es el de su afición. Si un mueble tiene para nosotros valor sentimental, siempre valdrá más que nuestras horas de trabajo.
P: ¿Cómo se restaura un mueble?
R: Yo soy partidario de rescatar las pátinas, para mí la ideal es la goma laca. Y si por los estragos del mueble no es posible, entonces la hago yo. Para aplicar bien la goma laca hay un secreto: utilizar polvo de piedra pómez en la primera mano. Pulverizas la superficie del mueble con polvo de piedra pómez y, al frotar con la muñequilla mojada en alcohol, a la vez que haces un lijado muy fino vas metiendo el polvo en los poros de la madera. A partir de ahí, vienen sucesivas manos en las que reduces la proporción de alcohol y aumentas la de goma laca.
P: ¿Cuántas horas de trabajo necesita un mueble?
R: Eso varía mucho, pero lo mínimo son tres sesiones de hora y cuarto para una tabla de medio metro cuadrado.
P: ¿Qué cera utilizas?
R: La que yo hago. Mezclo cera de abeja, cera carnauba y un poco de parafina, en proporciones que varían según la dureza que necesite. El componente que determina la dureza es la parafina. Por supuesto, la mezcla se hace con aguarrás al menos en un 70%.
P: ¿Cómo se da muñequilla correctamente?
R: Primero hay que homogeneizar la superficie, trabajando la madera paso a paso, como si fuera el mapa de un terreno labrado por una yunta de bueyes. Se avanza haciendo redondeles, poco mayores que el diámetro de la muñequilla, y sólo al final se alisa a lo largo de la veta, se peina, como decimos nosotros. Para que resbale bien la muñequilla, aconsejo echar unas gotas de aceite de parafina al comienzo.
P: ¿Cuál es tu madera preferida?
R: Me gusta mucho el nogal, las vetas del nogal me encantan.
P: ¿Desmontas los muebles alguna vez?
R: Por supuesto, en algunos casos es imprescindible. Pero hay que hacerlo con mucho cuidado porque antaño los muebles encajaban chapuza tras chapuza: cuando una pieza se movía le metían una puntilla, y cuando seguía moviéndose, una puntilla más gorda. Si encontramos la madera rota por un clavo, hay que quitarlo, sanear el trozo de madera dañado, reproducirlo en madera nueva y encolarlo.
P: ¿Qué conviene hacer con las piezas de metal?
R: Desmontarlas, así es mucho más cómodo trabajar la madera, y además evitas los cercos alrededor de los adornos. Yo desmonto hasta las bocallaves de madera.
P: ¿Qué aconsejas para restaurar objetos de cuero?
R: El aceite de ricino. Pero el trabajo con cuero no es una aplicación pasiva, hay que masajear la pieza para que absorba bien el nutriente.
P: ¿Cuál es el mayor reto que has superado?
R: Restaurar la puerta de una casa palacio con cuarterones en bajorrelieve. La estructura estaba hecha cisco por ataque de hongos, casi sólo podía salvarse el relieve. Lo solucioné cortando de cada panel el relieve, una 'loncha' de 5 mm, saneando toda la base, y volviendo a encolar como un chapeado.