Lo primero era levantar la estructura. Para ello elevó una altura de unos 10 centímetros. Así, con ladrillos refractarios y cemento levantó la base sobre la que iría el cajón de las cenizas, y después levantó las paredes construyendo la forma de la bóveda del horno, encajando el cajón y una puerta que reutilizó de una vieja cocina de horno.
En el caso del cajón, decidió fabricarlo él mismo con una chapa de aluminio y dos tomas de aire para que no perdiera calor.
Para las paredes utilizó ladrillos comunes, pero para el interior utilizo ladrillos especiales que son resistentes al calor y lo forro por completo, dejando el hueco justo de la base para colocar la rejilla que iría sobre el cajón.
A continuación, Juanma1 procedió a colocar el tambor, que fue colocado sobre dos hierros y que fijó por delante y por detrás, dejando espacio libre en la bóveda a modo de cámara de aire y añadiendo una chapa de protección. Con el segundo tambor partido por la mitad terminó de forrar el horno (como veis dejando el hueco libre en la bóveda) y lo cubrió de nuevo con ladrillo y cemento. Eso sí, antes de que procediera a cubrir todo, hizo un agujero por el cual iba a pasar la chimenea. Como pueden ver, nuestro usuario elaboró el interior del tambor ajustando unas planchas sobre las cuales irían los alientos.
Una vez hecho esto, ya solo quedaba unir la chimenea y la puerta del horno, y forrarlo con ladrillo visto. Además, como veis en la fotografía, Juanma1 decidió añadir dos repisas laterales que podemos emplear para guardar leña o, en el caso de nuestro usuario, para colocar un fregadero.
Por último, nuestro amigo añadió detalles decorativos como una barra lateral, un pequeño reloj o una fila de azulejos a los dos lados en consonancia con la pared frontal.