Su único delito, le faltaba una rueda. (Si os fijáis bien en la imagen de arriba, la rueda de atrás, a la izquierda, está puesta, momentáneamente y para la foto, con cinta adhesiva).
Las otras tres estaban perfectas, un poco sucias, sí, pero eso se soluciona...
..., con la maravillosa piedra blanca, y mirad qué lustrosas las dejó.
Las ruedas originales eran preciosas, así que decidimos que, si encontrábamos una nueva que encajara sin desentonar demasiado, las conservaríamos, en vez de cambiar las cuatro. Y tuvimos suerte, la novata, aunque ni por asomo tan bonita con las originales, cumple la misión de sustituir a la ausente, sin menoscabo del aire vintage de la mesa.
Teníamos claro cambiar el color negro de las patas; primero imprimamos en gris, para que la pintura sobre el hierro agarrara mejor, y luego pintamos en verde mint. En cuanto al sobre, no nos terminábamos de decidir a tunear la formica. Se encontraba en un magnífico estado y, además, la mesita iba destinada a una zona de trabajo donde tendría mucho, pero que mucho trote...
Así que, montamos las ruedas ya limpitas,
..., y dejamos la formica tal cual, con todo su aire retro...
La mesa conserva todo su encanto de ayer, aunque actualizado gracias al fresco mint.
Mientras se va a su nuevo destino, hemos jugado un poquito a decorar con ella...
¡Y anda que no nos queda mona en este rincón tan vegetal!
Nos va a dar pena que se vaya... Mientras nos mentalizamos, la llevamos a casa de Marcela Cavaglieri y sus findes frugales, para compartir con much@s compañer@s de ideas e inspiración.
Este sábado, con la cena del "pescaito", comienza la Feria de Abril de nuestra ciudad, Sevilla. Con muchas ganas de vivirla intensamente, nos volvemos a coger unos días de vacaciones blogueras. Así que, nos despedimos hasta el lunes 8 de mayo. Y ya sabéis, si os pasáis por la feria, ¡dadnos un toque!