Del mismo modo que nuestros salones y dormitorios van sufriendo renovaciones a lo largo del tiempo en sus recubrimientos, los de los baños empiezan a cobrar protagonismo. Azulejos, pinturas, papel, mármol o el último grito, el gresite, se encuentran entre los preferidos.
La funcional estancia se convierte en el centro de todas las miradas y, junto a las nuevas tecnologías en el sector, encontraremos unos revestimientos acordes a cada estilo, necesidades y presupuestos.
Lo más habitual, los azulejos
Son los tradicionales, las clásicas baldosas de porcelana que han resistido con maestría el paso de los años, las modas y las diferentes tendencias. Y no es para menos, ya que su impermeabilidad es uno de los factores decisivos a la hora de decidirnos por un revestimiento u otro.
Tenemos que prestar mucha atención a las juntas, que se deben limpiar con un detergente que contenga resina de pino y han de estar bien selladas para lograr que ni el agua ni la temida humedad traspase las paredes. Su uso se recomienda especialmente en baños donde hay muchas probabilidades de salpicar la pared, bien por tratarse de espacios reducidos, por la ubicación de la ducha, etc.
Cuidado con el papel
Pese a que veamos algunos cuartos de baño cubiertos de papel pintado que parecen recién sacados de una revista de decoración, hemos de ser más prácticos. Lo primero es valorar el uso que le damos a nuestro baño, ya que si es mucho, es mejor prescindir de este revestimiento.
El papel se aconseja cuando se trata de aseos que no contienen bañeras o cuyo efecto es meramente de adorno debido a que tiende a acumular la humedad y, sin duda, acabará por poblarse de moho.
Pero, aunque éste sea el caso, hemos de asegurarnos de que el papel incluye un plástico precisamente para prevenirlo. Se trata de una película protectora que en el mejor de los casos podremos incluso desinfectar con un estropajo y detergente.
Un aliado, la pintura
Para otros muchos, se trata de la elección perfecta. La pintura plástica suele emplearse en baños que cuentan con una excelente ventilación y, aun así, la zona de la bañera o del lavabo se alicata en la mayoría de ocasiones.
Esta alternativa resulta muy útil para personas a las que les gusta cambiar, ya que no supone lo mismo modificar un baño de azulejos que otro en el que sólo hay que pintar. Por otro lado, es más barata y, además, a la hora de acondicionar nuestro baño, es más sencillo colocar estanterías o perchas sobre la pared que sobre baldosas, en las que habría que tener un cuidado extremo con el uso del taladro para evitar su rotura y desprendimiento.
El momento del gresite
Sin duda, el favorito. Las razones son muy claras:
* Fácil limpieza
* Variedad de diseños
* Excelente calidad
Frente a esto, el precio es lo que menos gusta, ya que resulta muy elevado, y para paliarlo, existen unas logradas imitaciones más asequibles, realizadas en gres. Una opción para abaratar el importe final es combinar este material con otros como, por ejemplo, la pintura.
El gresite es un elemento que brillará por su resistencia, de ahí que sea muy empleado para recubrir piscinas.