Las cajas de fruta son hechas con tablas muy finas de chopo, que se ensamblan mediante grapas. Es una madera blanda y manejable, con un costo relativamente barato dada la abundancia de álamos en suelo español. Aunque no tanto como la madera de balsa, es muy ligera, puede trabajarse con herramientas sencillas y es dócil al lijado.
Estamos ante un provechoso suministro para hacer maquetas. En cualquier verdulería te regalarán las cajas usadas, y, dado que llevan cartones amoldados bajo los frutos, la madera apenas se mancha. Una caja de fruta usada tiene un aspecto inmaculado. En este reportaje te mostramos la forma sencilla de desarmarla.
Aquí podemos observar la limpieza y pulcritud de las cajas de fruta usadas. ¡Un panorama muy estimulante para el aficionado a las maquetas! Acabamos de conseguirlas al pasar por una frutería, son las tres que nos dieron, sin selección alguna: las cajas suelen llegar así a los contenedores de retorno.Para desarmar la caja necesitaremos sólo unas pocas herramientas manuales, de las que hay en cualquier casa. Lo más indispensable es un alicate de corte de boca fina, un utensilio muy práctico en diferentes tareas del hogar.
Nuestro objetivo es la base, la parte que se fabrica con madera de chopo. Cortaremos todas las grapas perimetrales.
Ya hemos segregado la parte más valiosa de nuestra caja. Las paredes se fabrican con tablero contrachapado de 3 mm, un material que podemos comprar fácilmente. Lo que no solemos tener a mano son estas finas tablillas de madera de chopo.
Ahora debemos prestar atención a los bordes: las tablillas son delgadas y quebradizas, y las grapas del perímetro habrán quedado tal como vemos en la imagen. Es un alambre muy recio para esa lámina de chopo: si intentamos extraerlo ahora, romperá nuestra valiosa tablilla.
La solución es muy sencilla: con el mismo alicate cortamos a ras el alambre, por uno cualquiera de los lados, y ya podemos retirarlo fácilmente sin desgarrar la delicada plancha.
Ahora toca despegar los travesaños. Volvemos la pieza, y tenemos a nuestro alcance el siguiente objetivo: el segmento visible de las grapas, más pequeñas que las del borde.
Con el destornillador de pala levantamos cada mitad, y, como la parte hundida no se tuerce, sale fácilmente al tirar.
Y así en pocos minutos obtenemos el valioso aporte para nuestras maquetas que vemos desglosado. Le daremos buen uso en próximos reportajes.