El gas natural es la energía más limpia, menos contaminante y con menor contenido de carbono de todos los combustibles fósiles. Su combustión emite a la atmósfera menos dióxido de carbono que el carbón y el petróleo, contribuyendo, de esta forma, a la disminución del efecto invernadero. El gas natural ocupa el tercer lugar en el mundo entre las fuentes de energía primaria más utilizadas y representa la quinta parte del consumo energético tanto en Europa como a escala mundial. Las ventajas medioambientales que aporta y su alta eficiencia como energía facilitarán un consumo aún mayor durante los próximos años.
En el mundo
La Agencia Internacional de la Energía considera que en el año 2015 la demanda de gas natural en el mundo será superior en más del 76 por ciento a la equivalente en 1993. Los mayores aumentos se producirán en Europa, Asia y América Central y del Sur. Por su parte, la Asociación Europea de la Industria del Gas (Eurogas) ha estimado un importante crecimiento del peso que el gas natural va a tener en la balanza de energía primaria. Así, considera que supondrá más del 25 por ciento en el año 2010 y en torno al 26 por ciento en 2020.
En España
El proceso de expansión del gas natural llevado a cabo por el Grupo Gas Natural ha permitido extender esta energía a todas las Comunidades Autónomas de la península. Mientras que a principios de los años 80 el consumo de gas natural en España suponía el 2 por ciento del global de energía primaria, en 1999 fue del 11,5 por ciento. Por otro lado, la nueva extensión del sistema gasista permitirá consolidar y ampliar las aplicaciones actuales del gas natural y potenciar otras aplicaciones de alta eficiencia energética, como la climatización frío/calor y la generación de energía eléctrica con gas natural en las centrales térmicas de ciclo combinado.
Características
El gas natural es una energía de origen fósil que se encuentra en el subsuelo y procede de la descomposición de materia orgánica atrapada entre estratos rocosos. El gas natural es una mezcla de hidrocarburos ligeros entre los que destaca el metano (CH4). Tal como se extrae de los yacimientos, el gas natural es un producto incoloro e inodoro, no tóxico y más ligero que el aire.
Una vez extraído del subsuelo, debe transportarse a las zonas de consumo, que pueden estar cerca o a miles de kilómetros de distancia. El transporte desde los yacimientos hasta las áreas de consumo se realiza a través de tuberías de acero de gran diámetro, llamadas gasoductos.
Cuando el transporte se hace por mar y no es posible construir gasoductos submarinos, el gas se carga en buques metaneros. En estos casos, se licúa a 160 grados bajo cero para poder reducir su volumen 600 veces. En el puerto receptor, el gas se descarga en las plantas o terminales de almacenamiento y regasificación.
Allí permanece almacenado en grandes tanques a presión atmosférica y se inyecta luego en la red de gasoductos para su transporte a los centros de consumo. Todas las instalaciones que transportan el gas son subterráneas y están pensadas para hacer posible la plena restitución y respeto del paisaje.
Gas Natural en casa
Entre las fuentes de energía, el gas natural se caracteriza por su eficiencia, limpieza y competitividad. En el hogar, el gas natural calienta con rapidez, no necesita almacenaje previo y es el combustible que menos contamina. El comercio y la industria se benefician de la calidad de la llama del gas natural, regular y sin impurezas.
En la cocina, las vitrocerámicas son, en la actualidad, los más modernos equipos de cocción. A su limpieza y comodidad se añade la economía del gas natural. Además, puede ser utilizado para cocinar, lavar y secar, y obtener agua caliente, calefacción y climatización. Y en el jardín, el gas natural permite cocinar en barbacoas y calentar patios y terrazas.
Los gasodomésticos para cocinar con gas, como por ejemplo las encimeras y cocinas mueble, están equipadas ahora con los dispositivos más modernos: encendido electrónico y sistemas termopar que cortan el paso del gas si se apaga la llama. Los hornos de gas son programables, autolimpiables y disponen de un encendido automático. El vapor de agua de la combustión del gas permite, en estos hornos, que los alimentos no se resequen. El gas natural también se aplica a las lavadoras y a los lavavajillas, que usan el agua calentada por la caldera o calentador de agua y consiguen sustanciales ahorros de tiempo y dinero. Las secadoras pueden instalarse aisladas o en columna con la lavadora. Su rapidez y eficacia les permite ahorrar más de un 60 por ciento del coste en cada carga.
Los calentadores de gas natural producen agua caliente al instante y sin límite. Éstos funcionan sólo cuando se necesita agua caliente, lo que permite un máximo ahorro de energía. Los acumuladores almacenan el agua para cuando se necesite en varios puntos a la vez y en grandes cantidades.
El gas natural también permite calentar los hogares alcanzando el máximo confort. Las calderas de calefacción mixtas (calefacción más agua caliente) pueden ser para una sola vivienda (individuales) o para todo un edificio o urbanización (colectivas). Estas calderas son regulables y programables para tener el confort necesario en cualquier momento. Los radiadores murales autónomos producen un calor instantáneo sólo en la habitación que se desee y no consumen aire interior de la vivienda. Las chimeneas de gas natural tienen una llama real, no producen cenizas ni rescoldos y se encienden automáticamente.
En el jardín, las barbacoas de gas natural ofrecen la máxima limpieza, puesto que no producen cenizas ni otros residuos sólidos. Por su parte, los calienta-patios generan una campana de ambiente templado que permite aprovechar terrazas y jardines incluso en épocas frías.