La Etiqueta Energética se constituye de tres partes:
Datos del Edificio: Aquí se recopila toda la información descriptiva básica en cuanto a la identificación de la vivienda o la parte que se vaya a certificar, es decir: su localización (incluyendo la zona climática), referencia catastral y la normativa según la cual fue edificada.
Escala de la calificación energética: En esta parte es en la que el certificado debe determinar la calificación objetiva energética del inmueble, así como los requisitos mínimos de eficiencia establecidos por el CTE.
La etiqueta clasifica los edificios por su nivel de eficiencia dentro de una escala de siete letras, que parte de la letra G (edificio menos eficiente) a la letra A (edificio más eficiente).
Consta a su vez de dos partes: en la columna de la izquierda se determina el consumo energético estimado en Kw h/m2 año y en la de la derecha se muestran las emisiones en Kg CO2/m2 año.
Registro: En la parte inferior de la etiqueta se determinan la fecha de espiración del certificado, la normativa por la que se ha desarrollado y el número de registro ante el organismo regulador competente correspondiente.
Aparte de estos datos de carácter más normativo, el documento oficial de certificación energética de edificios debe contener todos los procedimientos establecidos con una descripción minuciosa del proceso seguido para la obtención de la calificación energética. Y también puede ir acompañado de otro documento con información sobre las mejoras que pueden introducirse en materia de eficiencia energética, tanto en aislamientos como en instalaciones, y los plazos de amortización de éstas, según los ahorros energéticos que se puedan alcanzar.
Aquí podéis encontrar más información sobre la etiqueta energética de edificios..
Foto: Viviendasaludable.es