Mis amigos se quedan sorprendidos ante mi afición por las bolsas de plástico, y todavía más sorprendidos cuando ven la utilidad que les doy. "¡Pues nunca se me había ocurrido y parece muy práctico!"; muchas veces oigo ese comentario.
De modo que he decidido compartir aquí con vosotros el sencillo truco
La foto deja bien a las claras cuál es la función de estas bolsas en muchos trabajos, especialmente los de pintura.
En las bolsas buenas, una sola capa es suficiente protección, de ese modo podemos abrirlas con las tijeras por un lado y por el fondo para desplegarlas al doble de su tamaño.
Sujetamos el plástico al tablero con cuatro pinzas de resorte, así no se moverá y tampoco se levantará con el viento si estamos en el exterior.
Ya tenemos una cómoda y protegida zona de trabajo, sin que caigan en la madera manchas de pintura, de barniz, de productos desoxidantes, de resina...
¡Guardad siempre algunas bolsas en vuestro taller, y que nadie en casa descubra su utilidad porque al momento se les antojarán a todo el mundo!