En primer lugar necesitamos para nuestro jardín. Los hay de varios tipos, debemos elegirlo en función de los metros que tenga nuestro jardín. Por ejemplo, para un jardín pequeño, con pocos metros cuadrados, con un cortacésped manual tenemos suficiente, no tienen motor ni recogen la hierba pero son más económicos y sencillos de manejar. En caso de un tamaño medio, nos servirá de mayor utilidad un cortacésped eléctrico. Incluyen muchas mejoras, se parecen mucho a los de gasolina, con el único inconveniente de que tenemos que llevar el cable a todos los lados. La ventaja es que son más económicos y gastan menos, por lo que si os sirve, mucho mejor. Por último, si tenemos un jardín muy grande (más de 400 metros cuadrados), lo mejor es adquirir un cortacésped de gasolina.
La segunda característica a tener en cuenta es el tipo de motor de nuestro cortacésped. Hay dos posibilidades: motor rotativo o helicoidal. El motor helicoidal es más para campos de césped profesionales, grandes superficies. Su sistema de cuchillas permite cortes muy bajos, para lugares que necesitan una buena presencia. El incoveniente que tiene es que debemos tener cuidado de que no haya ninguna piedra que pueda dañar el motor. Por otro lado, para jardines más pequeños, es mucho más conveniente utilizar un cortacésped con motor rotativo. El césped queda más alto, pero es mucho más fácil de manejar, ya que podemos limpiar nosotros mismos las cuchillas y no tenemos que tener tanto cuidado.
Por último, debemos fijarnos en otro tipo de cosas como las cuchillas o el ancho de corte. Cuanto mayor sea, más cantidad de césped podrá cortar de una pasada, lo que hace todo el proceso muy más rápido. Además, si nos permite detener las cuchillas sin parar el motor, mucho mejor.
Independientemente de todo esto, lo mejor que podemos hacer es consultar en la tienda donde vayamos a adquirir nuestro cortacésped, pero como podéis ver, no tiene mucho misterio. Ahora sólo queda ponerlo en marcha, veréis que es muy fácil y económico. ¡Animaos!
Fuente: Canadian Tire