Desde hace unos años la pintura ha cobrado una gran importancia en las paredes de la casa. Hasta hace poco pintábamos la casa y si no nos gustaba, como mucho, optábamos por poner alguna cenefa sencilla, que diera un toque distinto a la habitación. La afición por el bricolaje ha hecho que ahora apostemos por el papel pintado, los vinilos e incluso técnicas innovadoras en pintura que se han usado anteriormente sin ser conscientes de que era tendencia.
Este es el caso de la técnica del trapeado, por ejemplo. También denominado esponjado. Se trata de la técnica que logra un color intenso de pintura sobre otro de fondo pálido. También puede ser utilizada para lograr espacios irregulares en paredes lisas. Cuando lo vemos expuesto llama bastante la atención, aunque suele parecer difícil de realizar. Nada más lejos de la realidad, podemos llegar a hacer con cualquier objeto que se os ocurra.
Una de las formas más sencillas es hacerlo con un trapo. Primero aplicamos una mano de color, mezclando una parte de pintura con tres de esmalte (acrílico o al aceite). Con esta mezcla, pintamos la pared, con ayuda de una brocha y en una única dirección. Utilizaremos el sobrante para empapar un trapo. Sumergimos el trapo en la pintura y creamos un especie de rodillo. Lo pasamos sobre la pared en dos direcciones y creamos el efecto deseado.
Podemos hacerlo también con una brocha de pelo corto (será más rápido). En este sentido, debemos asegurarnos de que tenga una cantidad justa de pintura. Dando brochazos a lo largo de la pared, conseguiremos que la pintura se difumine, eso sí, cuidado con la cantidad de pintura que utilizáis.
¿Habéis creado efectos con pintura? ¿Nos dais alguna idea?
Imagen: Pinturas y Decoraciones profesionales Mario Campos