La decoración de escaleras interiores constituyen espacios llenos de atractivo para el aficionado al bricolaje. Son elementos casi obligados en viviendas unifamiliares, adosadas y pareadas; y podemos adaptarlos para convertirlos en rincones muy acogedores, que reflejarán los gustos particulares y la personalidad de nuestro hogar.
El requisito más importante de cualquier escalera es la seguridad, sobre todo si hay niños en casa. Una vez cumplido este factor elemental, la escalera interior nos ofrece un extenso campo al bricolaje en la vertiente más decorativa. Los trabajos de pintura y de electricidad se llevan la palma, como veremos en este precioso catálogo de las foreras.
Empezamos el recorrido con la preciosa escalera en la casa de campo de Gely1133. Los peldaños son antiguos, en madera de castaño, y nunca habían recibido ningún tratamiento protector de cera o barniz. Nuestra animosa lectora inició la tarea lijando con lijadora orbital, aplicando después un tinte color nogal, y finalizando con dos manos de barniz especial para parquet. El pasamanos fue igualmente lijado y barnizado.
Mamamer tiene un hueco de escalera con una pared de más de tres metros, y decidió jugar con la luz para decorarla. El propósito fue plasmado con gran acierto, “después de hacer el pino con la escalera de mano”, explica la artista con mucho humor.
Por su parte, Porrillitas decoró la escalera de su casa con cuadros bordados por ella misma en punto de cruz, dedicados a la cuatro estaciones. “En la parte de abajo, los cuadros de flores son de pasta de papel, también míos, y arriba del todo hay un carboncillo pintado por mi hermana”.
Macomosa estaba harta de limpiar los restregones de las manos de sus hijos, de modo que entre ella y su marido zanjaron el problema forrando la pared con piedra artificial. Además, cerraron el hueco y le pusieron una puerta, ganando así un pequeño trastero muy útil.
Xunflisca nos cuenta que su problema era igual que el de Macomosa: “Después de tener todas las imprentas de las manos de las amigas de mis niñas, me decidí a pintar la pared con pintura aditivo y así crear aguas. Ahora toda la pared es un pasamano”. Completó la decoración pintando un motivo floral, para romper un poco el color naranja. La barandilla es prácticamente nueva.
Montseny quería una baranda de forja en el rellano, para aprovechar la luminosidad de la ventana. La artista tiene la gran ventaja de que su padre domina la forja maravillosamente, y es el servicial operario que plasma todos sus diseños.
Finalizamos este interesante álbum dedicado al bricolaje en las escaleras interiores con una elegante aportación de Olma. Nuestra lectora es toda una experta en la técnica del lacado, y aquí vemos el tratamiento en una barandilla de madera. Un trabajo que requirió gran minuciosidad y tesón, realizado de manera impecable.