Economizar en calefacción aveces, puede resultar imposible. Ahora bien, si preguntamos a un arquitecto, a un aparejador o a un instalador cuál es el mejor sistema de calefacción, muy probablemente responderán lo mismo: un buen aislamiento. Naturalmente ellos se refieren sobre todo a las calidades de los cerramientos y de la cubierta, así como a unos cimientos bien ejecutados que no dejen pasar la humedad del subsuelo.
Ahora bien, una manera muy sencilla de economizar en calefacción incluso, en una vivienda perfectamente construida hay un factor que puede malograr todas las prevenciones de aislamiento: las ventanas y puertas. Los huecos en fachada equivalen al desagüe de un fregadero, deben estar bien sellados porque si no el calor interno, tan costoso de obtener, escapará por las rendijas. Evitarlo es sencillo, barato y muy ahorrativo.
Burletes en las ventanas: Primera forma de Economizar en calefacción
Lo que realmente sucede es que entra aire frío del exterior por las holguras y rendijas de ventanas y puertas que no encajan bien. Es algo que impediremos fácilmente y por poco dinero con los burletes. Instalar bandas aislantes en las puertas y ventanas de toda la casa te costará unos 10 euros, y fácilmente amortizarás esa cantidad cada semana en la factura de calefacción.
Los días de fuerte viento son una gran ayuda para detectar las ventanas más vulnerables y con mayor riesgo de filtración. Las bandas de espuma son autoadhesivas, y su colocación se hace en un momento, de tal forma que un rato habrás sellado todas las ventanas de tu casa. Esta simple tarea al alcance de un niño supone una importante baza para el ahorro.
Burletes en las puertas
Hoy gran parte de la población vive en urbanizaciones, y allí las viviendas tienen una característica que las diferencia de los pisos: la puerta de entrada da a la calle, no a un rellano interior. Y la rendija de la puerta principal es un coladero del aire frío, que originará un gasto extra en calefacción. Permitir que entre aire del exterior es como dejar todas las luces de la casa encendidas por la noche.
Por esa razón, el clásico burlete de las casas de pueblo ha vuelto a ponerse de moda. Consiste en un cojín alargado, relleno de arena, que se coloca en el suelo por dentro pegado a la puerta, evitando así la irrupción del temible aire glacial sobre todo en las noches de invierno. Confeccionar este burlete supone una fácil tarea de costura, con la que además tendremos un bonito adorno personal para la entrada.