A veces, se rompe en casa una pieza de albañilería, y este problema sencillo se complica por una dificultad inesperada: el modelo ha dejado de fabricarse y no encontramos repuesto. Es algo que sucede a menudo con los azulejos, y semejante contratiempo puede dañar la estética de un tabique entero. ¿Qué hacemos? ¿Lo tapamos de cualquier manera? ¿Nos resignamos a poner otro azulejo parecido aunque no sea idéntico? ¿O quitamos el alicatado y renovamos todos los azulejos? Hay una elección mejor. Estamos ante un caso típico de 'ocultar adornando', es decir, subsanar el defecto aprovechando el sitio para colocar un adorno.
Evaluar las posibilidades
Lo primero que debemos hacer es medir perfectamente el hueco que resultará al eliminar el azulejo o los azulejos deteriorados. A ser posible, haremos la fotografía en detalle de una cinta métrica puesta sobre el borde, y también sacaremos un plano de conjunto de la pared alicatada, para calcular bien el efecto de las posibles soluciones que se barajen. Es todo el material que necesitamos para ir al taller de un buen ceramista. No será difícil encontrarlo en un polígono industrial de nuestra ciudad, pues actualmente es un oficio con más demanda de la que se piensa.Los ceramistas suelen fabricar piezas singulares a gusto del cliente, pero conseguiremos un arreglo más económico si adaptamos nuestra búsqueda a las plantillas de que dispone el artesano. Con frecuencia, los diseños del ceramista no coincidirán en tamaño con el hueco. Debemos entonces sopesar si ampliamos el arreglo, eliminando otros azulejos sanos contiguos a la rotura, decisión que aumentará las opciones de nuestro adorno.
Por ejemplo, si sólo se ha partido una pieza puede quedar más proporcionado y convincente eliminar tres azulejos más haciendo un cuadrado, así podremos encajar un rótulo 'en porciones', tan de moda. O también podemos optar por abrir un hueco alargado en horizontal, consiguiendo un friso de aire clásico.
Buscando nuestro estilo
Lógicamente debemos adaptar el ornamento al estilo de la cocina o el baño donde lo pondremos. Aunque resulta peligroso seguir los dictados de la moda en algo tan fijo como la albañilería, conviene tener presente la tendencia en líneas generales. Cada vez hay más afición por los adornos industriales o publicitarios consistentes en un texto breve. Antaño se confiaba este cometido a los azulejos con mucha frecuencia, dada su gran resistencia a la intemperie.Una vez decidido el texto o el dibujo, en el que podemos dejar volar nuestra imaginación, sólo faltará escoger el color, y el tipo de letra si nos hemos decantado por un rótulo. El consejo del ceramista será de gran ayuda, pero no debemos olvidar que el diseño se emplazará en nuestra casa, y que en última instancia, igual que con cada elemento de la decoración, la guía infalible será nuestro criterio.
Las casas modernas encajan bien el tono desenfadado. A poco que nos esforcemos lograremos un adorno que dará mucho carácter a nuestra cocina, y casi agradeceremos la providencial rotura que nos llevó a ponerlo. Una vez en casa, sólo necesitaremos cemento cola y una paleta para eliminar todo rastro del percance, dejando en su lugar un bonito detalle decorativo.