Normalmente, las prefabricadas tienen un coste económico mayor (su precio oscila entre los 1.300 y 2.000 euros) y sus diseños no suelen permitir cambios en la estructura, aunque se gana en rapidez y limpieza a la hora de instalarla. Si lo que queremos es dar un toque personal, original y acorde con la entorno de nuestro jardín o terraza, ponte manos a la obra y construye tu propia barbacoa. Aunque requiere un mayor esfuerzo y trabajo, su coste no es tan elevado y la satisfacción será mucho mayor. Hornosartesanos.com nos propone el siguiente esquema para la construcción.
Antes de empezar, no podemos olvidar que trabajamos con fuego, por lo que tendremos especial cuidado en los siguientes aspectos:
1. Construir nuestro asador sobre una plancha de cemento previamente elaborada evitará pequeños percances que puedan surgir. De esta forma, la barbacoa también estará más fija en el suelo y será más fácil cocinar.
2. El espacio: una barbacoa es un elemento que necesita un espacio amplio en el que se pueda trabajar sin estorbar y, sobre todo, sin causar ningún tipo de daño. Lo preferible es un lugar relativamente apartado de nuestro jardín.
3. El sol: si nuestra barbacoa va a utilizarse con mayor frecuencia en verano, es aconsejable que se busque un lugar con sombra.
4. El viento: dependiendo del lugar, el viento suele soplar con más frecuencia en una dirección que en otra. Es por ello que intentaremos, en la medida de lo posible, construir nuestra barbacoa de espaldas al mismo. En caso contrario, el aire podría revocar el humo, haciendo que el fuego se apague.
Lo primero, los materiales
El siguiente paso será diseñar nuestra barbacoa, así como definir los materiales que utilizaremos para su construcción. Por lo general, el ladrillo es de los más utilizados por su rapidez en la construcción de chimeneas, aunque la piedra aporta un aspecto más rustico, más natural. Un consejo para reducir gastos y tiempo es revestir nuestra barbacoa con placas de piedra natural o artificial. El hormigón armado es otro de los materiales que aportan gran versatilidad; puede ser utilizado tanto para las chimeneas como para la base refractaria y los compartimentos inferiores. A continuación, detallaremos todos los materiales necesarios:
1. Ladrillos macizos de 24 x 11 x 5,5 cm: 40 unidades.
2. Ladrillos macizos de 24 x 11 x 7 cm: 350 unidades (dependiendo del tamaño de chimenea que queramos construir será mayor o menor el número).
3. Ladrillo refractario de 22 x 10 x 4 cm: 85 unidades.
4. Sacos de cemento de 40 kg: 4 unidades.
5. Peldaño de escalera 24 x 24 cm: 6 unidades.
6. Perfil metálico en 'U' de 6 mm 20mm x 20mm x 1,5 m: 4 unidades.
7. Azulejos 20 cm x 20 cm: 20 unidades.
8. Pintura impermeabilizante: 1 kg.
9. Plancha de hormigón armado: 1 unidad (a medida)
10. Piedras de revestimiento.
11. Machihembrado de 80 x 25 x 3,5: 6 unidades.
El precio medio de los materiales empleados, salvo la plancha de hormigón armado y las piedras para revestir la chimenea no excederá de los 200 euros aunque todo dependerá de la zona en la que compremos.
Manos a la obra
Una vez reunidos todos los materiales y herramientas, procederemos a levantar nuestra barbacoa. En el caso de que queramos instalarla sobre una base de cemento (y piedra) tendremos que acotar primero la zona donde verteremos el cemento con un molde de madera, para después alisarla lo máximo posible evitando así irregularidades en el terreno. Cuando el cemento esté aún fresco, colocaremos las piedras naturales que utilizaremos como suelo, de forma que quede un pequeño espacio de cemento entre una y otra. Estas juntas, posteriormente, se rellenaran con cemento, dándole un aspecto uniforme. La construcción de una plataforma siempre es más aconsejable que hacerlo sobre la tierra.
Para la confección de la base de nuestro asador: dependiendo del diseño, levantaremos pequeñas torres de ladrillos macizos con cemento y moldes de madera que aseguren su rectitud. No olvidaremos tampoco la medida de los estantes, que utilizaremos posteriormente como almacén para los utensilios cocina, así como la leña o el carbón. Para insertar las baldas, utilizaremos el machihembrado, previamente cortado, para asegurar una buena sujeción.
A continuación, nos apoyaremos sobre un molde de madera de cúpula arqueada para dar la forma a nuestra encimera, lo revestiremos de ladrillo comenzando siempre por los laterales y allanaremos la superficie. Si preferimos cambiar la textura de nuestro poyete, una plancha de hormigón fijada con cemento puede ser una buena alternativa. Indistintamente, el arco de madera lo utilizaremos para revestir el frontal con ladrillo macizo y dar un aspecto de boca de chimenea falsa.
Seguidamente, emplearemos los ladrillos refractarios para crear el pequeño foso donde colocaremos luego la leña o el carbón. Flanqueado por una pequeña fila de ladrillos macizos, el aspecto final debe quedar como una U revestida. Las paredes refractoras, también realizadas en ladrillo, incorporarán los perfiles metálicos en U (previamente cortados), que nos servirán como raíles o correderas por donde se deslizará la parrilla.
Una vez listo nuestro horno refractario, pasaremos a la construcción de la campana extractora, para la cual volveremos a hacer uso de nuestro molde de madera. El procedimiento será el mismo que el seguido en la construcción de los arcos iniciales, salvo que en este caso tendremos en cuenta dos detalles imprescindibles: la apertura superior de la chimenea y la colocación de un estrangulador de humos.
Con respecto a la chimenea, se realizará una vez hayamos perfilado el último arco con ladrillos. Como puede apreciarse en la siguiente foto, en lugar de rellenar el hueco superior del arco (como hicimos para colocar la encimera), lo dejaremos abierto para erigir un tubo de escape de ladrillo macizo hasta la altura que nos convenga. Finalmente, nuestra torre de extracción quedará parcialmente cerrada al dejar una boca de escape para humos que realizaremos con los mismos ladrillos para no alterar la fisionomía de nuestra barbacoa.
Todos contra el humo
En cuanto al estrangulador de humos, pieza en forma de cuña que conduce el humo hacia el escape en la parte superior evitando el retorno de éste al asador, deberemos colocarlo antes de comenzar nuestro trabajo con ladrillos, ya que luego todo quedará cubierto y revestido. En el caso de que nuestra barbacoa aproveche la pared como punto de apoyo, los peldaños de escalera que harán de estranguladores tendrán que ir adheridos a ella con cemento.
Si bien nuestro propósito es aislarla de la vivienda y alojarla en un lugar apartado del jardín, comenzaremos a construir nuestra chimenea de atrás hacia delante; es decir, en primer lugar el fondo, donde colocaremos el estrangulador con los peldaños, y, seguidamente, la parte de delante, sellando el resto con ladrillos.Ya tenemos listo el esqueleto de nuestra pequeña cocina.
Y ahora, a decorar
Ahora que tenemos lista nuestra barbacoa, os enseñaremos unos trucos para imprimir un toque personal a vuestro fogón: el revestimiento con piedra. Ésta podrá ser natural o artificial, también llamada piedra cultivada, y su precio variará en función del tipo y del modelo que escojamos. Existe gran variedad de piedras decorativas de exterior. De todas formas, es una buena inversión que aporta durabilidad y un aspecto rústico acorde con los elementos naturales del jardín.
Normalmente, esta piedra suele adquirirse en placas individuales para ser cortadas a medida. Con ellas no tendrás que preocuparte de dejar una apariencia perfecta, pues la naturaleza en sí no es uniforme. Una vez cortadas las placas, colocaremos con cemento cada pieza de forma independiente sobre toda la superficie enladrillada, dejando entre una y otra un espacio no muy grande. Por último, una vez terminada esta tarea, procederemos a rellenar los huecos que hayan quedado libre con cemento gris o blanco, dependiendo del color que hayamos escogido para revestir.
Para la encimera, alicataremos la superficie con los azulejos que hayamos seleccionado a nuestro gusto. Los azulejos pueden aportar un contraste muy decorativo a nuestra barbacoa, además de útil. El procedimiento será el mismo que con las piedras, salvo que dejaremos entre baldosa y baldosa un espacio más reducido. También nos aseguraremos de dejar todas las piezas selladas; para ello podemos ayudarnos de un martillo de caucho. Un detalle muy importante que no se nos puede escapar es el alisado de la superficie donde colocaremos las losetas. Todo debe estar siempre al mismo nivel.
Si lo que queremos es innovar, podemos aprovechar nuestro ingenio para componer un mosaico con pequeños trozos de las baldosas que hayamos escogido. En ese caso, no deberemos tener tan en cuenta los pequeños desniveles provocados por el cemento.