Ya echábamos de menos trabajar en una pequeña joya como esta cómoda estilo neoclásica Luis XVI. Una cómoda muy bien construida, con alma de pino en bastidores y paneles. Os ponemos el detalle de los cajones, sin duda una buena prueba de la mano artesana que la construyó hace ya más de 90 años, rebajando a formón el perímetro de la base para que encajara perfectamente en las guías de las gualderas y frente del cajón, pero conservando un buen grosor en la base.
Nos la trajeron desde Jerez en bastante mal estado de marquetería, con dos patas rotas y muy sucia, tanto que apenas se distinguían los motivos decorativos.
Por la disposición de sus registros y trabajo de marquetería nos recordaba en un principio a las cómodas Neoclásicas estilo Maggiolini italianas, aunque la nuestra es bastante más sencilla claro. Sin embargo tanto los herajes como remates de las patas nos llevan a un claro estilo Luis XVI francés, contemporáneo a su vez del estilo Neoclásico en Italia. Lo que aquí nos encontramos parece ser una influencia de ambos estilos, que además tienen en común motivos decorativos florales recogidos en óvalos, patas rectas y marqueterías florales y vegetales en chapas de cerezo, nogal, limoncillo y caoba.
Tras desmontar herrajes y identificar las grietas y faltas de chapa en la estructura interior y exterior, hicimos un par de catas de limpieza en la pata rota y panel lateral derecho para ver el verdadero tono de la chapa original.
Teníamos varias reintegraciones importantes. Una de chapa en el lateral derecho y otra en la base del mueble, vamos con la primera.
Paso 1: Limpiamos la zona a reintegrar de restos de cola y hacemos un corte diagonal quitando el mínimo de chapa original.
Paso 2: Marcamos con cinta de carrocero el faltante en la nueva chapa.
Paso 3: Cortamos la chapa según el dibujo sin retirar la cinta
Paso 4: Encolamos con cola orgánica y gatos de apriete protegiendo con camones para no marcar el cajón.
Paso 5: Una vez seco retiramos gatos y cinta. Tras la limpieza entonamos al original.
En este segundo caso tenemos que poner una “chuleta” porque la falta no es de chapa, debemos encolar en la grieta un listón algo más grueso que la madera de la base de la cómoda, y una vez encolado rebajar con formón. Después de la limpieza entonamos en el interior igualando al resto de la superficie.
Ahora nos empleamos a fondo con estucar todas las grietas que hay en la estructura, en la imágen vemos uno de los cajones, pero además hemos tenido que reintegrar las grietas al hilo en los paneles laterales.
En la imágen inferior hemos reintegrado con resina epoxi las faltas de las dos patas izquierdas que luego tallaremos con gubias. Tras la limpieza quedarán más integradas en relación al resto. Antes del acabado final las retocamos con acuarela.
Ahora si, una vez hechas todas las reintegraciones y encolados vamos a hacer la limpieza interior y exterior de toda la pieza. Para los herrajes preparamos un recipiente con vinagre muy caliente e introducimos todos los tiradores. Pasados unos minutos frotamos con un cepillo de cerda de fibra, nunca metálico, para asegurarnos de no rayar el metal.
Una vez limpio escogemos para el acabado una buena cera artesana que además de nutrir deja un brillo sedoso y un aroma fresco riquísimo, sobre todo en el interior de los cajones. En este caso le hemos puesto Mimosa.
Hemos aplicado la cera dos veces, la primera para nutrir bien y la segunda bien peinada como acabado final. El resultado es muy natural y suavísimo una vez pulida.
La cera da más intensidad a todo el conjunto. Ahora se distinguen aún mejor los motivos decorativos en el medallón central, tanto los tipos de chapas como los motivos florales, los pájaros apoyados a ambos lados de los tallos de las hojas, y dos querubines con instrumentos musicales en la parte inferior.
Como anécdota divertida os contamos que la anilla del tirador que aparece en la parte superior izquierda no es original, sino hecho en el taller a partir de un muelle de tapicería y dorado para igualar a los demás. Hasta que encontremos algo más apropiado hemos solucionado la funcionalidad del cajón que era lo importante, y visualmente creemos que apenas se nota.
Un precioso trabajo que he tenido el placer de compartir con Alfredo Arias, y cuando se está a gusto, el resultado no puede ser otro que este.
.