Las mesas auxiliares o mesa de centro son el complemento ideal para cualquier decoración, ya sea de interior o de exterior, ya que resultan cómodas, prácticas y muy decorativas.
Por eso, aprovechando que estamos en medio de nuestro especial sobre jardines, hoy vamos a recordar un fantástico trabajo que compartió con nosotros hace un tiempo nuestra amiga Nlle, quien nos enseñó a reciclar un embalaje de madera, para emplearlo como mesa de centro para el jardín o terraza.
Paso a paso para tu propia mesa de centro
1 La primera decisión que tomó Nlle fue añadirle ruedas a la estructura, elección muy práctica, ya que así podía manejarla mucho mejor y trabajar con mayor facilidad.2 En segundo lugar se retiraron todos los clavos que sobresalían y “todo lo que podía pinchar”, así como las maderas transversales de los laterales. Después, se reforzó la estructura con escuadras y refuerzos metálicos por debajo.
3 Ya tenía una estructura sólida y resistente y llegó el momento de rellenar con masilla los desperfectos y agujeros que habían dejado los clavos anteriores, y lijar.
4 A continuación, con unos listones, realizó una base inferior en forma de red. Después, aplicó un producto anticarcoma y comenzó a echarle la imprimación.
5 A continuación, añadió un par de capas de color azul acrílico al agua, lijando entre ellas, y una capa de cera de vela.
6 Una vez seca la pintura, era el momento de decorar la parte superior, para lo que empleó gresite de cristal y de piedra. Después de idear varios diseños, finalmente se decantó por esta combinación. Así, clavó sobre la base dos piezas de cartón piedra, rellenando los huecos con masilla. Así, como el alto de los dos gresites era diferente, tuvo que emplear silicona para las de piedra y porcelánico blanco para las de cristal.
7 En cuanto a la pintura, Nlle tuvo muchas dudas. Después de lijarlo, con la intención de que se viera el esmalte acrílico azul, aplicó una patina turquesa, la dejó siete días, y después lijó y aplicó barniz transparente..
8 Por último, colocó un cristal encima de la mesa, y ya estaba el trabajo terminado.
Un banco de acompañamiento
Además, nuestra amiga disponía de un banco que restauró y decoró para ir a juego con la nueva mesa. Para ello, limpió la forja y le aplicó barniz mate para metales. En cuanto a la madera, la limpió, lijó, rellenó con masilla los desperfectos, volvió a lijar, aplicó anticarcoma e imprimación, y después la decoró de la misma forma que la mesa: esmalte azul, esmalte blanco y patina.
Por último, dio la misma patina que había empleado para la mesa sobre la forja y consiguió este fantástico resultado.
Agradecimientos: A nuestra amiga Nlle