Para evitar nuevos percances, Pinturas ha dotado a la estructura de los refuerzos necesarios para resistir los embates del viento, tras analizar los puntos vulnerables del invernadero caído. Sinceramente nos felicitamos por el incidente, ya que así hemos podido conocer una pieza realmente armoniosa y bonita, que ha entusiasmado a los foreros. !Veamos la gestación completa!
En esta imagen podemos apreciar el vistoso diseño de nuestro ivernadero. La combinación de colores hace juego con el muro del jardín. ¡Un eficaz resguardo para las plantas, de inmejorable calidad estética!
Pinturas comienza la tarea midiendo y cortando los largueros de la estructura.
Seguidamente, unió los largueros con clavos a las tablas del zócalo, usando una clavadora neumática. Una vez planteadas las paredes, el artista coloca los listones del tejado a dos aguas.
Como podemos apreciar, todos los largueros verticales y horizontales van afianzados con escuadras metálicas. Los herrajes modernos resisten perfectamente durante muchos años la intemperie, sin oxidarse.
Una vez armado, nuestro amigo fue poniendo tablas más anchas para después pegar los junquillos, que sujetarían las planchas de policarbonato.
Ya montada la sólida estructura, da comienzo la fase de pintura. ¡Seguimos la tarea del maestro sin perder detalle! Nuestro amigo aplica primero una mano de imprimación, para después plastecer los tornillos y desperfectos.
Pinturas empieza lijando meticulosamente toda la madera, para dar seguidamente una capa de protector lasur. A continuación, extiende una mano de imprimación blanca, y cuando está bien seca vuelve a lijar. Llega el turno del esmalte, que se aplica en tres manos sucesivas, pasando una lija de grano 220 después de cada capa. El artista explica que lo pintó a brocha, "ya que son largueros estrechos y no merece la pena usar el rodillo. Los junquillos los pinté antes de ponerlos, para no tener que recortar tanto con el policarbonato puesto".
Observamos en la primera foto el detalle de la puerta, arriostrando el frente del tejado. Aquí podemos ver que nuestro amigo dejó un hueco abatible para ventilación. Los cristales de policarbonato van sellados con silicona neutra, y las uniones de la madera se cubrieron con selladora acrílica para poder pintar. Seguro que muchos vecinos se asomarán al jardín del maestro para imitar su diseño. ¡Felicidades, artista!