Bueno, pues todo empezó el día que nos encontramos un cabecero tirado al lado de un contenedor hace ya algunas semanas cuando regresábamos a casa con las niñas. ¡Menos mal que lo conseguimos meter en el coche!
Estaba realmente sucio pero tenía unas formas muy bonitas, y tenía muy claro lo que iba a hacer con él.
En casa le esperaban estas dos sillas que también me encontré tiradas hace mucho tiempo, y que nunca encontraba el momento de meterles mano… Lo sé, no sé cómo pero atraigo las cosas que están tiradas por ahí.
¿Os habéis fijado en esas patas? ¿Verdad que son preciosas?
Tengo que hacer una confesión; este es mi primer proyecto sin ayuda porque mi marido está fuera por trabajo, y nunca antes había usado la sierra grande… Pero siempre hay una primera vez!
Pensé que sería fácil desmontar una de las sillas para aprovechar las patas… ingenua de mi. No hubo manera, un elefante se podía haber sentado encima y hubiera resistido perfectamente.
Plan B, cortarlas.
No fue tan complicado como pensé, y me sentí bastante segura usando la sierra.
Recordé haber visto en Pinterest muchos bancos, y lo que tenían en común es que habían construído una estructura para hacer el asiento, así que corté más madera y la uní con tornillos para hacerla resistente.
En ese momento cogí una de las patas y me pregunté como narices iba a colocarla en la estructura… Después de darle vueltas un rato llegué a la conclusión que me había equivocado al hacer la estructura, así que la desmonté, corté un poco las maderas, coloqué cada pata en una esquina y las sujeté con dos tornillos grandes en cada lado para que soportaran bien el peso.
¡Por fin la forma estaba más o menos hecha! Sólo necesitaba unas maderas para hacer el asiento. No miréis mucho por ahí porque esto de vivir en un apartamento es lo que tiene, espacio pequeño multiusos, ¡lo que daría yo por un garage!
Corté las maderas a la medida y usé unos clavos para mantenerlo en su sitio.
Luego lo pinté de color “Primitive” de Americana Chalky Finish. Casi casi estaba terminado, pero quería añadirle algunos detalles más.
Diseñé una imagen y la transferí al banco. También hice unas fundas para los cojines de estilo tela de saco usando el mismo color del banco.
Me fascinan las rayas como ya habréis visto en este escabel y esta bandeja.
Mis hijas estaban de lo más emocionadas cuando estuvo terminado porque me habían visto trabajando en él, y lo quisieron probar, de echo yo también lo probé y os puedo asegurar que es firme. ¡Estoy más que feliz!
Así que este es el proyecto que me ha tenido entretenida estos días, y que espero que os guste tanto como a mi.
¿Qué decís, creéis que quien tiró el cabecero se hubiera imaginado que terminaría así?
¡Gracias por la visita!
Abrazos,
Pili
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