1. El sifón es un tubo en forma de S acostada que lleva un tapón enroscado en la parte más baja. En las instalaciones modernas son cada vez más comunes los de tipo botella, formados por un capuchón metálico enroscado a una pieza con una forma de cápsula, que se desmontan con mucha facilidad.
2. Lo primero que debes hacer cuando se atasque un lavabo es intentar reparar la avería con un desatascador. Éste es un aparato que consta de un mango de madera largo y una ventosa grande de goma. Para usarlo, llena el lavabo de agua y tapa el agujero de rebose con una esponja o un trapo. A continuación, quita el tapón y pon el desatascador sobre el desagüe, empuja y tira vertical y alternativamente del mango. Con este movimiento producirás una corriente en la cañería, la cual moverá los residuos causantes de la obstrucción y los hará desaparecer. Durante esta operación es posible que salgan a la pila restos de productos adheridos a las paredes de la tubería.
3. Si el desatascador no ha dado resultado, inténtalo de nuevo conectando al grifo un trozo de tubo flexible que llegue hasta el desagüe y se introduzca un poco en la tubería. Rodea el tubo en la parte del desagüe con un trapo e introduce un poco en la tubería. Abre el agua del grifo al máximo y presiona sobre el trapo; de esta manera, entrará con mucha presión en la tubería y hará que los tapones se deshagan y se vayan.
4 y 5. Si estos dos métodos fracasan, queda una última posibilidad: desenrosca el tapón que hay en la parte inferior del sifón teniendo la precaución de poner un barreño debajo de donde caiga el agua que salga. Haz pasar un cable desatascador por la boca del desagüe, de tal manera que salga. Un cable desatascador es una especie de alambre que lleva un mango que se puede colocar a cualquier altura, y una pieza en la punta que facilita el paso por los recovecos de las cañería. Como el cable no puede hacer la S entera, limpia primero una mitad (del desagüe al agujero que has abierto) y luego la otra. Si no dispones de un cable desatascador, echa por el desagüe agua hirviendo y sosa cáustica, pero ponte guantes, pues te podrías quemar con la sosa. Si la instalación finaliza en una fosa séptica (pozo negro), no emplees sosa cáustica, limítate a usar agua hirviendo, de lo contrario el mal sería peor.