Las arañas, los gatos y los murciélagos gozan de radiante protagonismo en los decorados de Halloween. Sobre todo las espeluznantes arañas, elemento infalible en las películas de terror, ofrecen impagables servicios en la fiesta de Halloween como dignas mascotas de brujillas y vampiretes. !Vamos a fabricar una divertida araña para colgarla en el porche!
Una de las pautas universales entre las gentes del teatro es fabricar detalles escénicos convincentes usando medios limitados, por no decir precarios. Y la costumbre les va desarrollando una 'vista de lince' para descubrir nuevas funciones en residuos de todo tipo. ¡Un fabuloso estímulo para los bricolegas! Siguiendo el ejemplo de la farándula, hemos fabricado nuestra araña de Halloween con materiales sobrantes de un taller de costura: trapos y flores artificiales.
A primera vista, este acopio multicolor no guarda relación alguna con las criaturas temibles de Halloween. ¿Cómo lograremos hacer una araña con tales ingredientes?
Iniciamos la tarea montando las patas de la araña. ¡Es la función que desempeñarán las flores artificiales! Mejor dicho, los tallos: llevan un alambre en el interior, por lo que podemos darles con toda facilidad la forma articulada propia de los insectos. Los acoplamos por parejas con alambre.
Hemos estudiado la forma de las arañas, viendo que suelen llevar el primer par de patas muy hacia delante, como si fueran los brazos del animal. Queremos acentuar el rasgo en nuestra araña, poniendo el par delantero separado del resto. Atamos primero los tres restantes, para confeccionar el cuerpo.
Ya tenemos abocetado el cuerpo de la araña, que se obtiene de la manera más sencilla: cogemos los tres pares de patas unidos en un elemento y enrollamos trapos sobre la zona central, sujetándolos con alambre.
Hemos reservado los retales negros para la parte exterior, a modo de piel. Hay arañas de muchos colores, pero seguimos la costumbre de Halloween, que multiplica los adornos negros a destajo en la decoración y los disfraces. Ahora es cuando añadimos la cabeza y las patas delanteras.
Los últimos trozos no los sujetamos con alambre, sino con nudos en el tejido. Para ello, sacamos tiras si hace falta de los retales más alargados. También podemos emplear cintas negras.
Ahora cortamos las hojas y las ramitas secundarias de los tallos, dejando sólo el tallo principal, que será el que doblemos para fingir las articulaciones. Las hojas y ramitas llevan también un alambre en el interior, por lo que utilizaremos una herramienta de corte adecuada.
¡Sólo falta ponerle unos ojos a nuestra araña y colgarla del porche! Hemos conseguido un detalle muy convincente para Halloween, ¡sin duda los fantasmillas y las brujitas sentirán un jubiloso escalofrío al verlo!