Una solución sencilla y económica es la utilización de coquillas, unos cilindros rígidos que se adquieren en cualquier tienda de bricolaje. Éstos se fabrican con materiales como la lana de vidrio o de roca, que son totalmente aislantes y que se colocan cómodamente.
Proceso fácil, eficaz solución
* Para instalar el aislante, cortaremos longitudinalmente la coquilla recurriendo a un cúter. El corte deberá ser limpio, porque así facilitaremos el ensamblaje posterior. También venden coquillas con la abertura hecha.* Ahora sólo tienes que poner un poco de cinta adhesiva en el corte y algunos trozos rodeando el cilindro para darle consistencia y que no se abra.
* En tiendas especializadas también puedes encontrar coquillas abiertas con adhesivo incorporado, algo más caras que las otras, pero que facilitan enormemente la instalación alrededor de la tubería.
Acodos, llaves y empalmes
Esta labor, sin duda, es muy sencilla, pero no siempre tenemos la suerte de que las tuberías sean totalmente rectas. A menudo presentan irregularidades en su recorrido como empalmes, llaves de paso o acodos, que exigen soluciones específicas.En el caso de los empalmes que tienen forma de 'T', tendrás que medir bien el tamaño de la coquilla, porque hay que hacer un agujero de un par de milímetros más que el diámetro de la cañería, justo para que encaje ahí en el empalme.
Ahora sólo tienes que cortar la coquilla desde el agujero hasta la abertura longitudinal y encajarla perfectamente. Cubre los cortes con cinta adhesiva y procura que no quede ninguna parte de la tubería en contacto con el aire para no arruinar el aislamiento.
Cuando las tuberías tienen que pasar por esquinas, encontramos las típicas cañerías acodadas, que necesitan que el aislante se adapte a ellas. Para conseguirlo, es tan fácil como medir bien la coquilla y cortar justo por la parte que coincide con el acodo, haciendo una muesca en ángulo recto (90º), si la tubería es fina; o varias de 45º, tantas como sean necesarias, si la tubería es más gruesa (más de 2 cm. de diámetro). Doblando por las muescas, conseguirás que la coquilla se adapte a la tubería.
Al encontrarnos con llaves de paso o reguladoras, lo más sencillo es empalmar dos coquillas justo en ese punto, recortando con un cúter alrededor de la llave si fuera necesario. Como en todos los casos anteriores, procura evitar dejar huecos, tapando todo bien con cinta adhesiva.