Saludos queridos amigos!
Las bobinas de cable son elementos muy apetecidos por los bricolegas. Su forma y su gran robustez determinan el uso primordial que les damos como piezas recicladas: mesa de bar, mesa para el jardín o la terraza. Tenemos varios ejemplos fabulosos de los lectores, y ahora viene a unirse a la galería un espléndido montaje de Noeda44. Con la ayuda de su marido, nuestra amiga ha transformado una bobina en una mesita bar, perfecta para cualquier rincón de exterior. ¡El ejemplo te animará a salir en busca de la ansiada bobina! Aunque no las hay por todos sitios como los palets, seguro que encuentras alguna abandonada, tarde o temprano. ¡La búsqueda merece la pena! Así que vamos allá!
Nuestros amigos se ponen manos a la obra. "Sellamos con pasta las juntas de los tornillos y alisamos las superficies, incluidas las partes inferiores, e instalamos cuatro ruedas para realizar un mejor manejo".
"Pensando que el espacio interior del carrete estaba desaprovechado, desarmamos la bobina (¡error, aconsejo no hacerlo!) e hicimos un orificio lo más ancho que nos permitían los tornillos de sujeción". El plan de la pareja es camuflar la cubitera de hielo, "para que la mesa cumpliera su uso a la perfección", explica Noeda44.
"¿Cómo encontrar una cubitera que se ajustara a esas medidas? Pues fue más sencillo de lo que esperábamos: una papelera de lavabo a la que quitamos el pedal y encajó a la perfección".
Noeda44 y su marido hicieron la tapa con un sencillo truco: "La madera sobrante estaba mal pero encontramos la solución: dos platos de madera para servir pulpo, contrapeados uno con el otro para que el inferior tuviera menos circunferencia que el superior y se ajustaran entre ambos".
Una idea muy acertada que podemos aplicar a diversos trabajos, como los botes de cocina.
Como la cubitera era menos alta que el hueco, la pusieron sobre un taco de madera. El hueco era también más ancho, por lo que dentro aplicaron una capa de espuma aislante de obra, "y quedó fijada estupendamente".
"Para que la cubitera no quedara adherida a la espuma lleva un plástico alrededor que permite sacarla cuando sea necesario", detalla nuestra amiga. "Dentro de esa cubitera encaja el vaso de plástico con asa para los cubitos de hielo".
"Una vez ensamblada la bobina, cortamos y pegamos en ambas bases los azulejos que ya teníamos para formar una especie de rosa de los vientos o algo parecido".
"Como fondo para los huecos entre los azulejos pusimos unas teselas blancas de diferentes tamaños, y mortero de base color chocolate al que añadimos tinte marrón para oscurecerlo y asemejarse más al color que tienen los aros de las dos bases y la tapa. Los aros exteriores son listones de DM claveteados y pegados".
Buscando explotar al máximo la utilidad de la mesa, nuestros amigos hicieron taladros en el redondel inferior y encajaron unos listones redondos. ¿Para qué servirán esos listones? Noeda44 nos da una pista: "En la parte superior se hicieron orificios para pasar la cuerda".
"El cuerpo de la bobina lo forramos con cordón de sisal claveteado al principio y pegado con cola. Los 25 metros de cordón también dieron justos para el trozo de la parte superior, alrededor de la tapa para 'maquillar' todas las uniones".
Aquí vemos la tapa hecha con dos platos de pulpo, pefectamente decorada en sintonía con la mesa. Después de lijar, dar dos manos de imprimación y dos de pintura, "pegamos las mismas piedras blancas haciendo un dibujo, y, como tirador -ya que somos aficionados al golf- pensamos que una bola, con su correspondiente tee, cumpliría el cometido a la perfección", explica la artista.
"Y ya sólo falta brindar con vosotros por esta obra que hemos hecho con ilusión, imaginación y... muchas horas de trabajo".
¡Nuestra más cordial enhorabuena a la pareja por esta mágica transformación! ¿Te animas a poner en práctica la idea?
(-)