La parte de afuera está hecha con una camisa vieja a rayas blancas y azules. Pero para darle consistencia le hice un forro con la funda de una almohada que ya no usaba.
Es una forma de reciclar la ropa gastada y que además viene muy bien para ir a la piscina o la playa. Sólo necesitamos una tarde libre y unos trozos de tela.
Los cuatro rectángulos grandes los vamos a usar para el exterior y el forro de dentro. Hacemos dos bolsas cosiendo emparejados dos trozos. Con las costuras por dentro para que no se vean.
Cosemos todos los laterales menos el de arriba y luego metemos un saco dentro de otro. Los cosemos para que no se separen y queden las dos capas unidas.
La de afuera, que es la de rayas azules, la doblamos sobre la interior y la cosemos haciendo un remate.
Ahora ya tenemos una especie de bolsa con su forro. Para ponerle las asas cosemos dos piezas rectangulares a cada lado en la parte superior. Dejando los laterales sin pegar a la bolsa. Nos servirá para pasar una de las tiras y así podremos cerrar la mochila.
Metemos una de las tiras (también se puede hacer con cordones) dentro de esa tira que hemos pegado en la parte superior dejando a cada lado parte de la tela para que cuando tiremos de ambos extremos se pueda cerrar. Además, esos extremos nos servirán para pasar las asas laterales.
Para descargar el tutorial: Pincha aquí y aquí.
Uy, que se me olvidaba el bolsillo interior. Para las llaves de casa y las gafas es muy útil.
Ya tenemos nuestra mochila para que no se nos olvide nada.