Hacer un taburete pequeño es de mucha ayuda, ya que, si quieres principiante puedes comenzar haciendo uno muy sencillo. O bien dudan sobre los pormenores del encolado, o no saben dónde adquirir la madera, o han comprado las tablas pero no se atreven a empezar el montaje. Para ayudarles, hemos preparado un ejercicio muy sencillo, que reúne a pequeña escala algunas tareas básicas en la carpintería.
De esa forma, yendo de lo fácil a lo difícil y de lo pequeño a lo grande, como se preparaba a los aprendices en los antiguos talleres, verán que cualquier fabricación por compleja que parezca se desglosa en una cadena de labores sencillas. Luego de hacer el taburete pequeño podrán serán capaces de montar muebles grandes para su casa. Hemos procurado además que el ejercicio salga muy barato, reciclando madera de un palet.
Antes que nada para realizar el taburete pequeño deben recolectar del palet. Conviene saber que los hay de categorías diversas, los de mejor calidad son los que llevan impreso en las zapatas exteriores los rótulos EUR y EPAL. Se fabrican con buena madera de pino, de 2 cm de grosor.
Hemos cortado varias tablas, corroborando que la madera es tan buena como la que podemos comprar en muchos almacenes. Daremos al taburete unos 17 cm de altura; al medir las piezas laterales debemos restar los 2 cm de la tapa que pondremos encima.
Pero todos cometemos errores, y yo el primero: olvidé restar los 2 cm mencionados, que es un excedente considerable en un mueble de ese tamaño. La rectificación me sirve para comprobar de nuevo que la sierra japonesa es una excelente herramienta de corte.
Una vez cortada la madera, repasamos el canto con la lijadora. Es importante conseguir una superficie perfectamente plana, para que el encolado sea impecable.
Marcamos el hueco triangular de las patas, y realizamos el corte despacio y con cuidado. La sierra japonesa tiene la hoja muy fina, lo cual permite cortar bien y con poco esfuerzo.
Detalle de las caras internas del hueco. Tras un somero repaso con la lijadora eléctrica, el vértice presenta un acabado de satisfactoria limpieza.
Ahora pondremos las espigas. Con las mordazas angulares que conocemos de otro reportaje, sujetamos a escuadra las dos piezas que vamos a unir, y medimos 1 cm desde el borde.
Hacemos los correspondientes taladros, que estarán justo en el centro de la tabla vertical. La función de las espigas es reforzar la unión de ambas maderas. Al comprobar que las mordazas de resorte se deslizaban con el empuje de la broca, hemos colocado un tornillo de apriete.
Encolamos las tablas y los agujeros, introducimos las espigas, y damos presión con la mordaza, necesaria para que la cola de carpintero trabaje correctamente. Hemos aprovechado el triángulo de madera que eliminamos con la sierra.
De esta forma tan sencilla reforzamos los ángulos del taburete. Basta encolar dos pequeños listones de sección cuadrada, que junto con las espigas otorgan suficiente robustez.
El aspecto de nuestro taburete, después de lijar todas las caras por dentro y por fuera. Como vemos, la madera de palet puede ser un recurso fenomenal.
Tras dos manos de barniz marino, aquí tenemos por fin el resultado de nuestro trabajo. En conjunto ha costado alrededor de un euro, y el simpático taburete nos ha servido para poner a punto las tareas básicas de carpintería. ¡Ya podemos abordar nuevos retos!