Una vez en el campo, los aeromodelistas despliegan su habilidad de bricolegas en una serie de accesorios que facilitan los preparativos del vuelo, y también las eventuales reparaciones. Desde las cajas de vuelo a la propia pista de aterrizaje, numerosos elementos de fabricación personal allanan el camino a la gran fiesta de los aviones.
Los arreglos y preparativos se efectúan junto a la pista de aterrizaje, donde las bobinas de cable ofrecen excelentes cualidades como banco de trabajo. Estas bobinas pueden encontrarse en muchas obras, y, como los palets, en algunos casos se regalan a quien las quiera. Una mañana diligente de recogida y transporte en una furgoneta permitirá a los socios equipar la línea de boxes con unas plataformas muy útiles, que nadie se molestará en robar.
La caja de vuelo viene a ser como un taller en miniatura. Cada aeromodelista suele fabricarla a su gusto, normalmente en tablero contrachapado, y su forma y tamaño recuerdan de manera simpática a las primitivas cajas de herramientas.
El atornillador eléctrico se revela como el ayudante ideal para numerosos ajustes, y su vigoroso par de giro es imprescindible sobre todo en los aviones de gran tamaño. Las modernas baterías de litio, con su duración y su potencia, son un talismán para los aeromodelistas.
Los soportes ligeros de fabricación casera resultan muy prácticos para verificar los servos, calibrar timones y hacer las pruebas de motor.
Como podemos apreciar, la práctica ‘cuna’ se ha fabricado con dos tableros y dos varillas roscadas, formando un elemento muy estable. La parte superior donde apoya el avión suele acolcharse con gomaespuma o cualquier material blando
Ya en el campo de vuelo, las faenas del aeromodelista entran en la categoría de ‘primeros auxilios’. Los arreglos deben ser rápidos y de efectos inmediatos, para que el avión pueda volver al aire lo antes posible. Adhesivos de cianocrilato y cintas autoadhesivas de máxima eficacia prestan aquí continuos servicios.
Turno ahora de la albañilería. El asfaltado de la pista se abarató gracias a la activa participación de los usuarios más duchos en la modalidad. El avión de la imagen vuela equipado con una sofisticada cámara, que permite al aeromodelista pilotarlo como si lo tripulara, viendo el paisaje desde la altura.
Estas dos cajas de vuelo muestran la relevancia de los dispositivos eléctricos en los aviones teledirigidos.
Un completo maletín de herramientas garantiza que podremos solventar incidentes y averías de todo tipo. Recordemos que estamos en las afueras, lejos de cualquier taller, y hay que zanjar in situ los problemas que puedan surgir.
¡La recompensa a una laboriosa preparación! Nuestro fabuloso aeroplano salta hacia las nubes, dispuesto a competir orgullosamente con las águilas.
Agradecimientos: Hermenegildo Lozano Club de Aeromodelismo RC Saeta http://www.rcsaeta.com/