La imagen parece tomada en un santuario de oficios tradicionales, una casa museo de las que abundan en los países anglosajones En realidad es el taller de un ebanista que muchos de vosotros podríais visitar cogiendo el coche.
Este banco salió de una carpintería antigua que renovaba el equipo y vendía todos los enseres. Lejos de ser una pieza decorativa, encaja a diario tanto 'potreo' como en sus mejores tiempos: observad que sirve de residencia habitual a una ingletadora y a una sierra de marquetería, además de otras herramientas eléctricas almacenadas debajo.
Gracias a la solidez de su estructura, sigue siendo un elemento perfectamente utilizable
De modo que si alguna vez os llega la noticia de una carpintería en proceso de modernización, no perdáis un minuto. ¡Tal vez os esté esperando allí el banco de vuestros sueños!
¿Habéis tenido ocasión alguna vez de comprar un banco de trabajo parecido?