El mimbre es un material muy típico de España, que usamos muchos de nosotros en nuestras casas. Es muy versátil, ligero y tiene un precio asequible por lo que se adapta sin problemas tanto en muebles de exterior, como en juguetes infantiles, cubos para guardar ropa, etc.
Sin embargo, el mimbre tiene una gran desventaja. Su estructura acumula una gran cantidad de polvo entre sus fibras trenzadas, por lo que su limpieza ha de ser frecuente para que no se deterioren los muebles. ¿Cómo lo limpiamos?
La limpieza del mimbre depende fundamentalmente de si sus fibras se conservan de forma natural o si han sido barnizadas. Si no están barnizadas, lo mejor es pulverizar sobre la superficie del mueble una mezcla de agua y jabón natural y luego cepillar la mezcla con un cepillo de púas. Notaréis que el mueble queda como nuevo. En el caso de que el mimbre ya esté barnizado, podemos usar una aspiradora e incluso un plumero para su limpieza superficial. Pero tendremos que hacer limpiezas profundas con más asiduidad ayudados por una limpiadora de vapor.
Si con el tiempo nuestro mueble se ha ido deteriorando, podemos optar por barnizarlo nosotros mismos. En este tipo de material, lo aconsejable es aplicar el barniz con pincel o pistola, después de haber limpiado completamente las fibras. Existe un tipo de barniz específico para el mimbre con un secado rápido, aunque si respetamos el tiempo de secado de uno normal no tendremos ningún tipo de problema.
¿Cómo limpias tus muebles de mimbre?
Imagen: Wickerfurniture/flickr