En el bricolaje, la pintura y el ingenio se suma a la habilidad, y gracias al empleo ocurrente de los productos y los utensilios podemos realizar con toda facilidad trabajos de gran nivel decorativo. Veremos un magnífico ejemplo en la modalidad de pintura gracias a nuestra experta lectora Gely1133, a la que conocemos bien por sus espléndidos trabajos.
Seguro que habrás visto muchas veces objetos cuya pintura es el principal atractivo reside en el elegante moteado que adorna la superficie. ¿Cómo conseguirlo? En el siguiente reportaje aprenderemos que la técnica del jaspeado, tan refinada y ornamental, es sumamente sencilla. Antes de desechar cualquier adorno que no te guste, !decóralo como Gely nos enseña!
El resultado de la sencilla tarea de la pintura es llegar a un acabado en la superficie, bohemio y elegante a la vez. ¡Nuestra habilidosa amiga nos explica detalladamente cómo se consigue!
Una vez descolgada la lámpara y retiradas las pantallas, como primer paso nuestra amiga Gely1133 aplica una imprimación fosfatante de color gris, para fijar la pintura posterior. "Queda entonces de color gris; yo usé la de Prager pero creo que pueden valer otras", explica la artista.
"El paso siguiente es dar dos o tres manos (según os parezca que necesita) de pintura acrílica color tapioca", sigue explicando Gely. ¡Como vemos, el aplique ha experimentado ya un gran cambio!
"Ahora hacéis una pátina con cera y pintura al óleo, de los colores que os gusten. En este caso, como quiero que me quede clarito, le eché un chorro bueno de color Siena (marrón claro), tierra tostada (marrón oscuro), la medida de la pasta de dientes de un cepillo de blanco, y la medida de otro cepillo de naranja. Veréis, mi profe siempre echa algo de blanco para que dé vida. Y el toquecillo naranja es para que le diese luz. Vosotras la podéis hacer como queráis", indica nuestra amiga.
"Le di una mano generosa de pátina, y la dejé secar dos días. Truco: la mezcla de los óleos podemos hacerla primero en una tacita, y luego la disolvemos".
He aquí la bonita coloración que sustituye al antiguo tono de metal dorado. Llega el momento de lustrar la pieza, fase que nuestra amiga relata con su típico gracejo: "Y después de dos días, iba Caperucita por el bosque, tralará, tralará, y le salió una lija de lana de acero que le dijo hala, a sacar brillo".
Y llegamos al momento decisivo de la tarea, el moteado. "Paso siguiente: como le quiero dar un toque ?urban chic? (qué finuraaaa), con este color marrón de pintura y una brocha, le salpico por encima unas gotas sueltas. Primero se disuelve una poca de pintura en agua que quede suelta, no aguada, y golpeamos la brocha contra nuestra mano izquierda para que rebote en la lámpara, no le deis directamente en plan matamoscas".
El resultado del sencillo truco es francamente decorativo. Naturalmente, protegeremos la mesa o el suelo con un trapo de generoso tamaño, ya que las salpicaduras así realizadas abarcan una zona extensa alrededor del objeto pintado.
Finalmente, Gely completa el trabajo ornamental con unos colgantes de color ámbar, y aquí podemos ver el flamante resultado de su dedicación. "Animaros las que tengáis lámparas imposibles, jarrones 'desabedios' y candelabros Maricastaña a hacer algo diferente", dice nuestra amiga. ¿Te animas a seguir el consejo de la artista?